Todav¨ªa morimos por amor
En 1986, ?la gente sigue quit¨¢ndose la vida por amor? La respuesta afirmativa no es ning¨²n misterio. Pero la noticia de esos amores acabados malamente casi nunca se conforma con una sola v¨ªctima. El amante no correspondido, antes de suicidarse, mata a la persona querida o a quien le impide poseerla.Pilar Mir¨®, al trasladar las desventuras del joven Werther a nuestra ¨¦poca, y sobre todo al cambiar la edad del h¨¦roe y Carlota, ha decidido correr el gran riesgo de un romanticismo que no quiere castigo para los culpables ni venganzas contra ese representante de la ley que hace inviable el amor.
Deseo e instituci¨®n
Werther
Directora: Pilar Mir¨®. Int¨¦rpretes: Eusebio Poncela, Mercedes Sampietro, Feodor Atkine, Vicky Pe?a, Emilio Guti¨¦rrez Caba, Luis Hostalot. Gui¨®n: Mario Camus y Pilar Mir¨®, sobre la obra de Goethe. M¨²sica: Massenet. Fotograf¨ªa: Hans Burmann. Espa?ola, 1986. Estreno en cine Coliseum.
A Eusebio Poncela no le conduce a la melancol¨ªa y la desesperaci¨®n ¨²nicamente el que su Carlota ande siempre dudando entre el deseo y la conveniencia, entre la aventura y la instituci¨®n familiar, sino tambi¨¦n lo que le sucede al le?ador que trabaja para ¨¦l o la manera en que se ve coaccionado en su labor profesional.El Werther de Pilar Mir¨® se siente a disgusto en y con el mundo, rodeado de unas circunstancias que se encadenan a modo de destino malvado.
Todo esto lo encontramos en la pel¨ªcula, as¨ª como unos hermosos paisajes c¨¢ntabros y una luz azulada y oto?al, pero no siempre aparece en una gradaci¨®n de intensidad adecuada. Por ejemplo, la sucesi¨®n de decepciones o dramas que empujan al personaje interpretado por Poncela a quitarse la vida no dan la sensaci¨®n de precipitarse sobre el esp¨ªritu sensible del protagonista, sino de ordenarse consecutivamente.
Pero algunos de esos errores de c¨¢lculo no evitan que el sentimiento se exprese a veces de manera demasiado expl¨ªcita, otras con mucha sutileza, siempre con pudor. Werther no tiene nada que ver con El crimen de Cuenca, aunque si conecta con Gary Cooper que est¨¢s en los cielos. Pero aqu¨ª hay una mayor confianza en la imagen, menos ganas de explicarlo todo.
La idea de trazar un itinerario paralelo, pero recorrido en direcciones distintas, entre Werther y el ni?o, ambos a disgusto con el entorno, es el verdadero hallazgo del filme.
Hasta Weither, las pel¨ªculas de Pilar Mir¨® -inter¨¦s cinematogr¨¢fico al margen-, acostumbran a tratar muy mal a los hombres y a mostrar una gran complicidad con los personajes femeninos. Ahora este manique¨ªsmo parece darse por felizmente concluido, y la directora ha sabido volcar toda su simpat¨ªa hacia el protagonista, algo que sin duda favorece la interpretaci¨®n de Poncela. En el fondo, despu¨¦s de su agitado y productivo paso por la Direcci¨®n General de Cinematograf¨ªa, se dir¨ªa que hemos ganado una cineasta dotada para explicar los desastres sentimentales de la ¨¦poca.
Concurrido estreno
Los Reyes de Espa?a y los mininistros de Cultura, Javier Solana; Educaci¨®n, Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall; Justicia, Fernando Ledesma, y de Trabajo, Manuel Chaves, asistieron ayer al estreno en Madrid de Werther. Se da la circunstancia de que Pilar Mir¨® coincidi¨® con don Juan Carlos en un curso en la facultad de Derecho de la universidad, Complutense de Madrid.
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