Personal de seguridad vigilar¨¢ la entrada al hospital del Rey
Elo¨ªsa Bernal, directora del hospital del Rey de Madrid, ha afirmado que la Administraci¨®n ha aceedido a la presencia de efectivos de una empresa de seguridad para vigilar el acceso al centro m¨¦dico y distintos lugares del edificio. De esta forma se intentar¨¢ cortar la venta de droga en el interior, denunciada por los empleados.
Los trabajadores del ospital del Rey de Madrid, Situado en el distrito de Fuencarral, opinan que la presencia de camellos que negocian con enfermos del centro se debe a la absoluta falta de control en el acceso al edificio. "Desde que los porteros dejaron de prestar sus servicios", afirman, "aqu¨ª puede entrar cualquiera". A primeros de mes, volvieron los porteros al hospital, una vez sustituidos los jubilados.Los empleados apuntan tambi¨¦n como origen del problema la inexistencia de servicios de rehabilitaci¨®n para toxic¨®manos, que reciben tratamiento en este hospital ¨²nicamente como afectados por enfermedades infecciosas.
Para impedir la venta de droga "se han tomado adem¨¢s", a?ade Elo¨ªsa Bernal, "otras medidas de car¨¢cter estrictamente sanitario. Ahora se dar¨¢ el alta m¨¦dica en cuanto se haya concluido el tratamiento, cosa que hasta ahora no ocurr¨ªa, ya que atend¨ªamos las peticiones de enfermos que solicitaban permanecer en el hospital m¨¢s tiempo del estrictamente necesario desde el punto de vista cl¨ªnico".
El comit¨¦ de empresa se?ala, por otra parte, que el conflicto nace de la particular configuraci¨®n del hospital del Rey. "Aqu¨ª vienen drogadictos", apunta Juan Domingo Garc¨ªa, delegado del sindicato USO, "y reciben tratamiento de enfermedades infecciosas como hepatitis, y endocarditis. Pero no hay servicios especiales, para toxic¨®manos".
Algunos pacientes han solicitado que les sean instalados cerrojos en las puertas de sus, habitaciones. "Hay noches", dice uno de ellos, "en que se arman unos jaleos terribles. Hace poco tuvieron que desatascar el desag¨¹e de un servicio obturado por las agujas hipod¨¦rmicas que hab¨ªan arrojado a ¨¦l. Otro d¨ªa hubo un revuelo enorme porque alguien empez¨® a tirar sillas por las ventanas".
La directora del centro, tras mostrar, su preocupaci¨®n por que los camellos y consumidores de drogas est¨¦n realizando labores de proselitismo, espera que con las medidas de vigilancia adoptadas se ataje el problema.
Los trabajadores, por su parte, temen que la Administraci¨®n adopte medidas que desv¨ªen a estos enfermos hacia otros centros, lo que pudiera ocasionar un proceso de reestructuraci¨®n de personal, con la consiguiente p¨¦rdida de puestos de trabajo.
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