As¨ª aman los poderosos

El doctor Stanley Platman, miembro de la Comisi¨®n Presidencial de la Salud Mental de Estados Unidos ha utilizado a Nancy y Ronald Reagan como ejemplo de matrimonio feliz donde los haya y ha encarecido a la humanidad que siga sus recomendaciones para conseguir una uni¨®n duradera. Los Reagan mantienen, por ejemplo, que el contacto f¨ªsico en la pareja es importante, y por eso caminan de la mano, abrazados, haci¨¦ndose constantemente caricias, como j¨®venes adolescentes. El presidente, a pesar de su actitud embelesada ante Nancy, piensa que tampoco es bueno estar ucho tiempo juntos, porque puede ocurrir que la vida se convierta en aburrida y mon¨®tona para la pareja. Pero aclaran: "?Ojo!, hay que ser leales entre s¨ª'.Otras parejas poderosas tambi¨¦n poseen sus propias recetas para obtener la felicidad y adoptan peculiares actitudes en las relaciones de pareja.

El amor de Isabel de Inglaterra es un amor a dos pasos. Este es el espacio f¨ªsico que al menos en los actos oficiales mantienen la reina y su marido, el duque de Edimburgo. Sus hijos, m¨¢s modernos, se prodigan multitud de caranto?as incluso en los actos p¨²blicos. Es frecuente ver al pr¨ªncipe Carlos dar un beso, con el pretexto de alguna que otra entrega de trofeos de polo, a su mujer, Lady Di, que sonrojada parece sorprenderse de las efusiones de su marido. Y eso que la BBC ha insinuado en las ¨²ltimas semanas que las relaciones d¨¦la real pareja no son todo lo buenas que parece, porque la princesa, debajo de su apariencia t¨ªmida, esconde un car¨¢cter fuerte y dominante. Sarah Ferguson, con su sonrisa p¨ªcara, es quien toma la iniciativa en su pareja y quien reclama a menudo una muestra de cari?o al pr¨ªncipe Andr¨¦s.

Hussein de Jordania, con una dilatada experiencia matrimonial en su vida, se preocupa de aparecer en las fotos sentado o en distinto plano con respecto a su actual esposa, la esbelta Noor, muchos cent¨ªmetros m¨¢s alta que ¨¦l. Para el soberano jordano los hijos son el sello m¨¢s importante de una uni¨®n y fruto de sus matrimonios con Diana, Muna, Alia y Noor tiene casi una decena de hijos.

Una reina no es s¨®lo una soberana, sino tambi¨¦n una esposa enamorada. Beatriz de Holanda, por amor, ha cambiado en muchas ocasiones de papel y se ha convertido en una fiel s¨²bdita de su rey, el pr¨ªncipe Claus, al que ha ayudado a superar una fuerte depresi¨®n. "Sin el amor de Beatriz no hubiera podido soportarlo", asegura el pr¨ªncipe.

Pero la m¨¢s bella historia de amor entre parejas reinantes es la que protagonizan desde hace m¨¢s de 20 a?os Balduino, y Fabiola de B¨¦lgica. Su felicidad es admirada porque s¨®lo se da en la ficci¨®n y en la corte belga. Sin los hijos de Hussein, el protocolo brit¨¢nico o el exces¨ªvo embeleso de los Reagan, han conseguido obtener el favor del p¨²blico y desbancar a otras parejas m¨¢s j¨®venes.