'La promesa', del japon¨¦s Yoshishige Yoshida, recupera el genio subversivo del cine
ENVIADO ESPECIALEl certamen, despu¨¦s del baj¨®n del lunes volvi¨® a ponerse al rojo vivo ayer con la proyecci¨®n del desazonador filme La promesa, del japon¨¦s Yoshishige Yoshida. Es una obra de enorme y seca fuerza, una austera ficci¨®n esculpida con dur¨ªsimos golpes de verdad. Cine mayor, de genuina estirpe revolucionaria. Complet¨® la jornada Francesca es m¨ªa, de italiano Roberto Russo, una buena comedia que deriva en mala tragedia, protagonizada por M¨®nica Vitti, la actriz fetiche de Antonioni.
En La promesa, Yoshida penetra con absoluta sinceridad en un abismo contempor¨¢neo: la enajenaci¨®n de la muerte y la bestial condici¨®n a la que las sociedades avanzadas reducen a los ancianos agonizantes. Yoshida, hombre de 53 a?os, aspecto severo y ojos penetrantes, como taladros, pertenece a la generaci¨®n de Nagisa Oshima, el ¨²nico cineasta de esta etapa del cine japon¨¦s que ha logrado romper las fronteras de los mercados occidentales.La referencia a Oshima puede ser ¨²til para entender un aspecto de la compleja figura de Yoshida, pues, aunque el estilo de ¨¦ste es muy diferente y parece menos preocupado que su colega por las cuestiones formales, se percibe en La promesa una coincidencia de fondo con el autor de El imperio de los sentidos: el tratamiento extremadamente pudoroso de realidades extremadamente imp¨²dicas.
La promesa, basada en una novela de Schuchi Sae, cuenta la historia de un matrimonio de ancianos, dementes seniles agonizantes, y de su entorno familiar. A trav¨¦s de ellos, Yoshida representa metaf¨®ricamente un pozo negro de la existencia humana en las sociedades industriales avanzadas. Este pozo negro es el de la enajenaci¨®n de la muerte, el infierno de los llamados hospitales terminales, atroz expresi¨®n m¨¦dica del horror actual por excelencia: la muerte cl¨ªnica como sustituta civilizada de la muerte natural, sustituci¨®n a trav¨¦s de la cual Yoshida revela a nuestra civilizaci¨®n como un estadio avanzado de la barbarie.
El aprendizaje de la muerte
"Hoy morimos de enfermedad", dijo ayer Yoshida en San Sebasti¨¢n, "no de muerte". Esta aparentemente cabal¨ªstica, pero di¨¢fana frase, es la esencia de su demoledora pel¨ªcula, que se mueve m¨¢s all¨¢ de la realidad, en los terrenos de la verdad entendida como negaci¨®n de esa realidad.La promesa se sit¨²a, as¨ª, entre los filmes de genuina estirpe revolucionaria, un mazazo subversivo que provoca el rechazo en quienes, vi¨¦ndolo, se sienten conscientemente o no aludidos por la condici¨®n insoportable ole lo que ocurre en la pantalla y eligen la ceguera como forma de autodefensa ante la agresi¨®n de la verdad.
Un s¨ªntoma: es el ¨²nico filme del certamen que no provoc¨® en el pase para la Prensa ni un solo aplauso ni un solo silbido ni un solo pateo. Sigui¨® a su proyecci¨®n un elocuente silencio, expresi¨®n del espeso malestar que la obra de Yoshida provoc¨® en la concurrencia.
Yoshishige Yoshida, nacido en 1933, es un investigador del cine y ha escrito numerosos trabajos sobre la filosof¨ªa del uso de la c¨¢mara. Dirigi¨® su primera pel¨ªcula, Rokudenashi, en 1960 y seis a?os despu¨¦s fund¨® su propia compa?¨ªa. Desde 1973 se ha dedicado esencialmente a la televisi¨®n, con series sobre arte mundial.
Yoshida acaba de abrir las tripas de un tab¨² y muchos huir¨¢n de su pel¨ªcula como lo har¨ªan de la peste. Pero ¨¦sta ah¨ª queda. El genio del cine revolucionario sobrevive siempre por encima de las desbandadas que provoca. ?se es su destino.
Terminada la proyecci¨®n de La promesa, a la conferencia de prensa de Yoshida acudieron 10 o 12 personas. Unas horas antes, intentar acercarse a los pasillos abarrotados que conducen a esa misma sala de prensa era quim¨¦rico, pues dentro estaba Ursula Andress explicando a centenares de bocas abiertas con qu¨¦ cosm¨¦ticos consigue mantener tersa su piel. Unas horas despu¨¦s Yoshida dec¨ªa suavemente y casi al vac¨ªo: "Cuando yo era un ni?o, sol¨ªa ver a muchos ancianos en las calles. A su manera, eran felices. Se les respetaba, se les escuchaba, se les admiraba..., y los muchachos aprend¨ªamos a vivir nuestra vida viendo el fin de la suya. Ahora, a los viejos los esconden en los hospitales y ya nadie nos puede ense?ar el aprendizaje de la vida y de la muerte".
El regreso de M¨®nica Vitti
Respecto de Francesca es m¨ªa, de Roberto Russo, lo dicho: una buena comedia que deriva en mala tragedia. Hay que a?adir que M¨®nica Vitti act¨²a maravillosamente y que reconforta ver que esta veterana actriz fetiche del cine de Antonioni sigue sus propios caminos con gran soltura y en calma.La historia narra las alternancias en el amor de un joven por una mujer mayor. El director ha colaborado con Antonioni, Bu?uel y Ritchie. En 1979 recibi¨® el premio Chianciano.
Sin M¨®nica Vitti esta irregular pel¨ªcula, que tiene detalles excelentes y una resoluci¨®n arbitraria y efectista, no ser¨ªa casi nada. Con ella es algo una vez m¨¢s, un actor o una actriz da a la pantalla lo que el director de la pel¨ªcula no pudo o no supo darla.
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