Cr¨ªtica escolar
El se?or Vicente Verd¨² se halla visiblemente consternado e indignado por las nuevas tendencias de la pedagog¨ªa p¨²blica en el confuso art¨ªculo Escuela de la ¨²ltima p¨¢gina de EL PA?S (EL PA?S, 17 de septiembre de 1986) en el que no s¨®lo le parece preocupante el que sus hijos sean felices asistiendo al colegio sino que adem¨¢s le resulta tr¨¢gico el que ¨¦stos no sepan cu¨¢l es la capital de Portugal o qu¨¦ es el Ebro, una ciudad y un r¨ªo que por la tendencia de su padre a tirar hacia el Sur -qui¨¦n sabe si atra¨ªdo por los muslos de las ba?istas, trauma que a veces acompa?a a los que estudiaron en un colegio "como Dios manda"- nunca han tenido la ocasi¨®n de contemplar.Este se?or, cuando no tiene m¨¢s remedio que hablar con sus hijos -"no funcionaba la radio del coche y no encontr¨¦ otra distracci¨®n mejor"- se dedica a examinarlos de matem¨¢ticas, y en caso de que a su juicio existan deficiencias educativas toma ¨¦l mismo la batuta de profesor y les ense?a en el camino no s¨®lo las tablas de multiplicar, sino tambi¨¦n la lista de los reyes godos si hace falta. ?Qu¨¦ conversaciones tan gratificantes, qu¨¦ contentos estar¨¢n de contar con un padre tan erudito que tapa boquetes escolares y ministeriales!
Al llegar a casa les pone corriendo la televisi¨®n y tiene mucho cuidado "de que no la apaguen mientras est¨¢n en casa", con lo cual consigue que a sus nueve a?os se empapen de programas educativos y de los otros, y adem¨¢s y esto sin duda es lo que - m¨¢s le preocupa, frente a la pantalla le dejan en paz. Claro, ¨¦l es un se?or muy importante y necesita todo su tiempo para escribir art¨ªculos en los que denigrar de un plumazo a todos los profesionales de la ense?anza.
Mire usted, Vicente Verd¨², el problema es suyo. S¨ª se preocupara un poco m¨¢s de sus hijos y hablara con ellos colmo a iguales -sin examinarlos-, si se les quiere, los ni?os no est¨¢n, deseando ir a la escuela para escariar de la tele... y de su padre-
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