Un certamen resucitado
Leer retrospectivamente los comentarios de la Prensa que, desde hace casi 10 a?os, serv¨ªan de colof¨®n a cada edici¨®n del festival de San Sebasti¨¢n es ahora un penoso ejercicio de autofiagelaci¨®n, una letan¨ªa que siempre acababa con la misma conclusi¨®n: este tinglado se viene abajo o, en los momentos m¨¢s optimistas, ofrece s¨ªntomas de que resucitar¨¢ si los dioses quieren. Pero los dioses no quer¨ªan, y en cada final de septiembre, otra vez comenzaba la plegaria para que la tienda mejorara.Este a?o las cosas han demostrado que la resurrecci¨®n del anta?o brillante festival no era un asunto divino. En ediciones inmediatamente anteriores se bajaron los humos de la plegaria y, ante el obstinado silencio de los dioses, se destinaron los rezos al acierto en el fichaje, con los dedos cruzados, de una personalidad capaz de sacar por s¨ª sola al moribundo de las orillas de su tumba.
Desfilaron diversos aspirantes a H¨¦rcules, pero la proeza no se produjo. Es estos bajos terrenos no existen milagros, ni divinos ni humanos. Existen tan s¨®lo el tes¨®n, el sentido de la organizaci¨®n, la capacidad para las relaciones p¨²blicas, la posesi¨®n de criterios y el saber hacer de estos criterios realidades.
Profesionalidad
Y as¨ª se lleg¨®, hace dos a?os, a unas cuantas transacciones econ¨®micas y pol¨ªticas a tres bandas -autoridades centrales, municipales de San Sebasti¨¢n y un par de productores espa?oles con credibilidad en la Federaci¨®n Internacional de Productores (FIAPF)-, que condujeron a la devoluci¨®n provisional al festival de su perdida categor¨ªa A y al nombramiento de un gestor con olfato no s¨®lo para saber cu¨¢ndo una pel¨ªcula es buena o mala, sino para reunir a su alrededor un equipo de solventes e imaginativos profesionales, buenos catadores de cine, que multiplicaron los brazos del centro de decisiones. Y, sin milagro y sin h¨¦roe, el festival comenz¨® a funcionar.
En 1985, en s¨®lo tres o cuatro meses de improvisaci¨®n forzada, se salv¨¦ la cara. No era poco. En 1986 se ha ido m¨¢s lejos: se ha logrado un festival a la altura, si no superior, de sus competidores evidentes. Quienes han asistido a Venecia en agosto aseguran que la famosa Mostra italiana no ha estado por encima de la de San Sebasti¨¢n. En febrero, el festival de Berl¨ªn, con triple presupuesto, estuvo por debajo de lo que acaba de terminar en la capital donostiarra.
La FIAPF se vuelve a reunir en noviembre, y en su orden del d¨ªa est¨¢ la renovaci¨®n sine die al festival de San Sebasti¨¢n de esa categor¨ªa A que le dieron para un per¨ªodo de dos a?os, ya finalizado. No hay opci¨®n limpia a la negativa a que este certamen siga adelante con lo que se ha ganado con su esfuerzo.
Babelia
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