Las canciones de Roger McGuinn
Roger McGuinn ha pisado por primera vez escenarios espa?oles a sus 44 a?os, y cuando han transcurrido m¨¢s de 20 desde que fundara The Byrds en 1964. Conocer en directo a m¨²sicos claves en la historia del rock and roll con dos d¨¦cadas de retraso es una de las insuperables lagunas que padecemos, aunque actuaciones como la de McGuinn en Madrid ayudan a disimular estas carencias, especialmente cuando se presentan desnudas de toda la parafernalia que suele rodear a este tipo de acontecimientos, sin m¨²sicos acompa?antes ni arreglos que apoyen y hagan m¨¢s digeribles los 90 minutos del concierto.En el escenario, quiz¨¢ recordando sus or¨ªgenes de cantautor folk-rock y con largas parrafadas presentando cada tema, ¨²nicamente un taburete, micr¨®fono, su inseparable guitarra Rickembacker de 12 cuerdas y algunas de las canciones preferidas. Canciones en estado puro, sencillas y armonizadas con pocos acordes, pero que ya se han convertido en cl¨¢sicos de la m¨²sica de nuestros d¨ªas.
Concierto de Roger McGuinn
Sala Universal. Madrid, 25 de septiembre.
Con la misma frescura de lo que ha sido compuesto el d¨ªa anterior, sonaron temas de Bob Dylan, de sus antiguos compa?eros de The Byrds (Gene Clark, Chris Hillman o Gram Parsons), de pel¨ªculas, como Easy Rider, que han marcado a toda una generaci¨®n y del propio McGuinn, aunque ese punto de emoci¨®n que a veces da la nostalgia delataba una antig¨¹edad que se resiste a envejecer.
Cl¨¢sicos como Mr. Tambourine Man o Turn! Turn! Turn!, intercalados con excelentes versiones de Chimes of Freedom, Eight Miles High y tantas otras, significaron un recorrido a trav¨¦s de una de de las ¨¦pocas m¨¢s brillantes del rock and roll, de cuyas rentas todav¨ªa se vive en parte.
Sin barreras
Por esto, la complicidad entre Roger McGuinn y su incondicional p¨²blico se produce de manera inmediata. La barrera entre artista y espectador no existe, y el concierto se convierte en una especie de reuni¨®n de amigos que se dan cita para ver cantar a otro amigo al que no escuchaban desde hace tiempo, y encuentran que no ha cambiado nada, se ha despojado de adornos y contin¨²a siendo un obligado y necesario punto de referencia.Su magn¨ªfica voz e interpretaciones, la sencilla manera de acompa?arse a la guitarra, con un estilo de arpegiado y sonido tan inconfundibles como imitados, son aspectos importantes pero secundarios ante la comprobaci¨®n de un esp¨ªritu que, para algunos, a¨²n se mantiene vivo.
Entre ellos se encuentra Roger McGuinn, que afirma seguir ilusionado con su trabajo, a pesar de haber repetido una y mil veces las mismas canciones, estar contento de volver a sus ra¨ªces, cansado de bandas de acompa?amiento y sintetizadores, y prefiere pensar que esta actitud no significa un paso atr¨¢s, sino que siempre hay algo nuevo que descubrir en el rock and roll. "Simplemente", asegura, "lo que sucede es que a¨²n no se ha descubierto".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.