M¨²sica para 'yuppies'
El segundo recital de Franco Battiato en Madrid fue un ¨¦xito incuestionable. El teatro estaba lleno de un p¨²blico incondicional que desde el primer momento acogi¨® al cantante con muestras de entusiasmo que no cejaron en toda la noche. Es la suya una ceremonia de fascinaci¨®n cuidadosamente preparada para la eficacia inmediata, y el resultado responde a esa intencionalidad.Franco Battiato hace gala sobre el escenario de un dominio absoluto; ofrece una puesta en escena espectacular y original; compone canciones de hermosas l¨ªneas mel¨®dicas; se hace acompa?ar de dos m¨²sicos excelentes; canta de manera espl¨¦ndida y toda su actuaci¨®n est¨¢ inmersa en una sensaci¨®n de perfecci¨®n y brillantez que no deja escapar la atenci¨®n del espectador. Es el suyo un trabajo de una inteligencia deslumbrante, en el que cada cosa parece preparada para causar un impacto y una comunicaci¨®n que efectivamente consigue.
Franco Battiato
Con Giusto Pio, viol¨ªn y teclados, y Filippo Destrieri, teclados y computadoras. Teatro Salamanca. Madrid, 2 de octubre.
El resultado final, no obstante, resulta, para este comentarista al menos, decepcionante. A pesar de que la propuesta est¨¦tica que Battiato plantea sea apasionante y crucial en todo creador contempor¨¢neo de canciones: la b¨²squeda de un estilo propio y moderno, que no sea deudor de los modos del rock, pero que utiliza, al m¨¢ximo los avances de la tecnolog¨ªa musical aplicado a sonoridades mediterr¨¢neas de corte tradicional. La persecuci¨®n de una alternativa europea, italiana en este caso, a la m¨²sica anglosajona dominante.
Sus canciones, siendo buenas, no dejan de ser convencionales. La utilizaci¨®n que hace de los instrumentos electr¨®nicos resulta espectacular y correcta, pero no hay nada en ella que no pueda ser hecho por una formaci¨®n de instrumentos tradicionales, ning¨²n riesgo, ninguna aventura, carencia mas incomprensible en un m¨²sico que viene precisamente de la m¨²sica de vanguardia.
La brillantez exultante de su puesta en escena se disuelve tras el primer impacto en una sucesi¨®n de trucos cuidadosamente medidos y repetidos. Sus textos, complejos y cultistas, hechos de citas literarias, disgresiones filos¨®ficas, pol¨ªticas o culturales, pa¨ªses ex¨®ticos, referencias generacionales, y un sinf¨ªn de gui?os, acaban por no significar otra cosa que una muestra de exhibicionismo cultural.
En conjunto, todo resulta ser un paradigma de m¨²sica para yuppies, condenada al ¨¦xito desde su propia concepci¨®n. El conseguir ese objetivo, como Franco Battiato hace, es sin duda admirable, pero no suficiente. Es Franco Battiato un buen compositor de canciones, un creador inteligente y valioso que ofrece plata dorada y parece entregar oro.
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