Olarra
Olarra, Luis Olarra se ha dirigido a los Bancos pidi¨¦ndoles dinero para fundar una nueva derecha, m¨¢s incisiva que la de Fraga, y los siete grandes, en su almuerzo mensual, le han dicho que no. Olarra, mi querido amigo Luis Olarra, es un hombre que sali¨® de la nada y luch¨® hasta llegar a Bilbao y quedarse en Bilbao. El error de Olarra es el del buen salvaje, es un equ¨ªvoco roussoniano. El error de Luis Olarra, que cuando entonces me mandaba tanto vino, es creer que las verdades crudas funcionan en pol¨ªtica. Pero en pol¨ªtica no funcionan las verdades crudas, como no funcionan en literatura. La literatura y la pol¨ªtica son pareda?as por cuanto dependen de la presentaci¨®n, de la preparaci¨®n, de la cosa. La-verdad-por-delante no es pol¨ªtica ni literaria. Y Olarra va con la verdad por delante. Nunca ser¨¢ Fraga, pues que Fraga sabe revestir de pol¨ªtica la verdad cruenta del dinero, un suponer. En eso est¨¢ el ser pol¨ªtico, como en la met¨¢fora est¨¢ el ser escritor. Olarra es la Roc¨ªo Jurado de la pol¨ªtica nacional. A Roc¨ªo se le notan demasiado las tetas y a Olarra se le nota demasiado el dinero. El Mercado Com¨²n, al margen mercader¨ªas, debe servir para eso: para pasarnos un poco la garlopa y que a los ricos no se les note tanto la riqueza y a las folkl¨®ricas no se les note tanto el pechamen o pechugamen. Fraga, un suponer, se entiende mejor con Segurado. Segurado y Fraga se han visto, tal que ayer mismo, en un hotel madrile?o, de inc¨®gnito, como los ligues, y van a ir juntos a las auton¨®micas vascas, con lo que a Olarra le comen el pan en su propia casa. A Olarra, en el Wall Street madrile?o, s¨®lo le recibieron cinco de los siete grandes, y le dieron un no expreso, aparte el no impl¨ªcito de los que excusaron su asistencia. Lo dijo San Ignacio de Loyola, que no debe quedarle lejano a Olarra: "En tiempos de perturbaci¨®n, no hacer mudanzas". San Ignacio es inapreciable para los banqueros. En tiempos de perturbaci¨®n de la derecha, no mudar de Fraga a Olarra, aunque Fraga les ha salido muy caro, o precisamente por eso. Hay inversiones que obligan. Luis Olarra, se?or de Bilbao, eminentemente f¨¢ctico, ten¨ªa o tiene como fondo teleol¨®gico a Gabriel Camu?as (lo cual que su famoso hermano Nacho se casa una de estas noches). Todo un cisma en la derecha. Olarra quer¨ªa ser la mu?eca china de Fraga, el que saliese de su tripa, y este barrac¨®n, con dineros de las cajas fuertes de la calle de Alcal¨¢. Mucho para el body de la peseta. La Banca se queda con Fraga hasta junio del 87. Otros cism¨¢ticos, como Jorge Verstrynge, ya tienen su partido o casinillo socialdem¨®crata, por adecentar la imagen de la derecha cruda y piara y ruda. Nuestro Wall Street alcala¨ªno hubiese financiado mejor a Osorio que a Olarra, pero Osorio es blandul¨®n, y Olarra, mi querido Olarra, es demasiado duro. Fraga, hoy, cuenta con Herrero de Mi?¨®n, sacrist¨¢n/campanero de AP, y Olarra no cuenta con nadie. Una se?orita vasca que encuentro en C¨¢ceres, novia del creador del rock/cast¨²o, Pepe Extremadura, me dice que a Olarra no lo quieren en Bilbao.A Olarra, la pr¨®xima vez que venga a Madrid, le voy a dar una pasada por Agatha Ruiz de la Prada, en plan moda postnov¨ªsima talla gordos, a ver si me lo mejora de imagen. Olarra es como el se?or de Bilbao de una pel¨ªcula de Berlanga. Recuerdo cuando nos ¨ªbamos juntos de copas a Pasapoga. Mira, Luis, en la derecha del PSOE est¨¢ Boyer, en la izquierda Pablo Castellano y en el sindicato, Redondo. Lo cual que Felipe cubre todo el espectro. Que no es el momento, o sea. T¨² apareces como el carlista del dinero por libre. Tonetti ha pedido una ley del circo. Mira a ver si te acoges a ella, Olarra.
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