Cunningham decepcion¨® en su retorno, al Bernab¨¦u

Las hinchadas del Castilla y el Rayo acuden a cada partido de sus equipos con la remota esperanza de ver un pase, unajugada, un momento de brillo que pueda salvar noventa minutos de tedio. Y ayer acudieron ambas con ¨¢nimo de ver adem¨¢s al ex madridista Curininghani, de quien a¨²n no se sabe si es un esteta incomprendido o un perezoso que no merece mejorsuerte de la que ha tenido. Pareci¨® lo segundo.Los que acudieron al encuentro vieron un Cunningham que soltaba el bal¨®n antes de que llegara el defensa y no hicieron otra cosa que aburrirse y a?orar a La Quinta del Buitre o al Matagigantes de hace unos a?os. Apenas 10 minutos de diversi¨®n, por la emoci¨®n, que no por el juego; tres o cuatro jugadas de calidad media docena de oportunidades de gol fueron insuficientes para salvar el derby madrile?o de la Segunda Divisi¨®n.

El Rayo empez¨® con t¨ªmidos acosos, que conclu¨ªan en balones bombeados sobre el ¨¢rea de Canales. La seguridad del portero y la evidencia de que no hab¨ªa delanteros para rematarlos hicieron que los visitantes se olvidaran de atacar, mientras que el Castilla se reduc¨ªa a la seguridad de Martos detr¨¢s, la brega constante de PovIsen en la delantera y las ayudas de Le¨®n, el mejor en la primera parte.

Despu¨¦s, una reanudaci¨®n animada, con amagos de peligro sobre una y otra ¨¢rea, diez minutos de espejismo y otra vez tedio. El Rayo fue una caricatura de equipo. El 0-0 reflejaba los m¨¦ritos de unos y otros, pero, a cinco minutos del final, un tirazo de Losada dej¨® los dos puntos en el Bernab¨¦u.