Varios Gobiernos ocultan al Parlamento textos confidenciales
Diversos gobiernos de pa¨ªses democr¨¢ticos occidentales tienen asegurado el derecho de no enviar a sus respectivos Parlamentos, en aras de la seguridad nacional, textos y anejos confidenciales derivados de los acuerdos internacionales que suscriban.Eso es lo que, en la pr¨¢ctica, ocurre con una gran parte de temas considerados confidenciales en el Reino Unido, informa desde Londres Carlos Mendo. El Gobierno considera entonces que los parlamentarios no son m¨¢s que ciudadanos de a p¨ªe, y con los mismos derechos que esos ciudadanos para enterarse, o mejor, no enterarse, de los temas. Nadie, salvo los primeros ministros y algunos altos cargos cenoce en el Reino Unido el contenido del acuerdo con EE UU , cuya primera versi¨®n se remonta a 1951, sobre el uso de las armas nucleares norteamericanas depositadas en suelo brit¨¢nico.
En cuestiones que afectan a la seguridad nacional, las partes confidenciales de los tratados son generalmente conocidas solo por los secretarios de Defensa y de Asuritos Exteriores y quiz¨¢s por el alto cargo que haya preparado el tratado, sin que el resto del gabinete tenga conocimiento del tema.
A los parlamentarios se les aplica igualmente: la estrecha ley de secretos oficiales de 1911, endurecida en 1920, cuyo art¨ªculo segundo convierte casi todo en delito. No obstante, por ejemplo durante la guerra de las Malvinas, se encontr¨® un sistema para informar a la oposici¨®n de la situaci¨®n a trav¨¦s del Privy Council del que forman y parte personalidades distinguidas que deben guardar silencio sobre la informaci¨®n que reciben. De ah¨ª que en aquella ocasi¨®n el entonces lider laborista Micahel Foot prefiriera no participar en estas deliberaciones para poder dar rienda suelta a sus cr¨ªticas en los debates.
En la RFA tambi¨¦n se permite mantener secreta parte de la informaci¨®n, en lo que pudiera afectar a la seguridad nacional o de la Alianza, informa desde Bonn Hermann Tertsch.
M¨¢ximo secreto en Francia
En Francia, la representaci¨®n nacional se encuentra tan indefensa como los ciudadanos ante los secretos de Estado, informa desde Par¨ªs Llu¨ªs Bassets.Sobre el acceso del Parlamento franc¨¦s a las informaciones que afectan a los temas de defensa nacional, acaba de publicarse un libro titulado Secreto de Estado. La Francia del secreto, o secretos de Francia, cuyo autor, Pierre P¨¦an explica: "Aunque el Parlamento puede crear una comisi¨®n de encuesta en parcelas totalmente o parcialmente afectadas por el secreto, los investigadores se encontrar¨¢n siempre frente a un muro".
La ley estipula que todas las informaciones destinadas a facilitar su misi¨®n deben serle suministradas, salvo las que "revistan un car¨¢cter secreto y conciernan a la defensa nacional, los asuntos extranjeros, la seguridad interior o exterior del, Estado". De la misma forma, los ponentes de las comisiones; de la Asamblea Nacional y del Senado pueden recibir informaci¨®n de todos los documentos de servicio, "bajo reserva de los temas de car¨¢cter secreto que conciernen a la defensa nacional, los asuntos extranjeros, la seguridad interior o exterior del Estado".
Por otro lado, en Estados Unidos existen las sesiones a puerta cerrada de las dos c¨¢maras del Congreso y de las diversas comisiones especializadas para informar sobre temas de car¨¢cter secreto ¨²ltimamente, el Congreso aprob¨® legislaci¨®n secreta sobre el control que el propio ¨®rgano legislativo establecer¨¢ sobre las actividades de los servicios secretos.
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