La desmitificaci¨®n del sector p¨²blico
"Yo llegu¨¦ a la teor¨ªa de la elecci¨®n p¨²blica como resultado de una frustraci¨®n intelectual con la teor¨ªa ortodoxa de la Hacienda p¨²blica... Me parece que no ten¨ªa sentido analizar los ingresos y los gastos p¨²blicos independientemente de considerar en alguna medida el proceso pol¨ªtico a trav¨¦s del que se toman las decisiones sobre estos dos lados de la cuenta fiscal. La teor¨ªa de la Hacienda p¨²blica no pod¨ªa estar completamente divorciada de una teor¨ªa de la pol¨ªtica".Valga esta larga cita del nuevo premio Nobel de Econom¨ªa (que corresponde a un trabajo suyo publicado en el n¨²mero 2/1980 de la Revista del Instituto de Estudios Econ¨®micos) para situar la l¨ªnea de pensamiento que James M. Buchanan dirige desde el Center for Study of Public Choice, de la George Mason University, de Virginia: la teor¨ªa de la elecci¨®n p¨²blica en el campo de la ciencia econ¨®mica.
Se trata, en primer lugar, de un enfoque cient¨ªfico interdisciplinar, al rebasar con creces el an¨¢lisis de la econom¨ªa para adentrarse en el terreno de la pol¨ªtica, cuando no en el de la sociolog¨ªa, del derecho, de la psicolog¨ªa social y de otras disciplinas afines. Se comprende as¨ª que la teor¨ªa de la elecci¨®n p¨²blica dedique su preferente atenci¨®n a cuestiones tan sugestivas como las posibilidades y limitaciones de las reglas de votaci¨®n como medio para revelar las preferencias econ¨®micas de la sociedad (teor¨ªa de los modelos de votaci¨®n), el comportamiento y aut¨¦ntica motivaci¨®n que inspiran a pol¨ªticos y a funcionarios (teor¨ªa de la burocracia), la conexi¨®n entre el ciclo electoral pol¨ªtico y el ciclo econ¨®mico (teor¨ªa del ciclo pol¨ªtico), la explicaci¨®n de la democracia con m¨¦todos propios de la teor¨ªa econ¨®mica (teor¨ªa de la democracia), los l¨ªmites constitucionales al poder econ¨®mico y fiscal del Estado (teor¨ªa econ¨®mica de las constituciones), el aprovechamiento por parte de los distintos agentes econ¨®micos de las ventajas que puedan derivarse de la regulaci¨®n (teor¨ªa de la b¨²squeda de rentas) o el an¨¢lisis de los grupos de presi¨®n, por citar sus contenidos m¨¢s cl¨¢sicos. En definitiva, se trata de analizar problemas econ¨®micos desde un prisma pol¨ªtico (an¨¢lisis pol¨ªtico de lo econ¨®mico) o de explicar los comportamientos pol¨ªticos desde la l¨®gica de los modelos econ¨®micos (an¨¢lisis econ¨®mico de lo pol¨ªtico).
La teor¨ªa de la elecci¨®n p¨²blica constituye, por otra parte, el mejor y m¨¢s moderno exponente de la amplitud y posibilidades que encierra en la actualidad el pensamiento liberal. Refiri¨¦ndose a los economistas anglosajones cl¨¢sicos, y en particular a lord Keynes, Buchanan ha escrito que "continuaron asesorando en cuestiones de pol¨ªtica econ¨®mica como si hablaran a un d¨¦spota benevolente que estuviera dispuesto a llevar a efecto sus consejos", olvidando que "los d¨¦spotas benevolentes no existen y que la pol¨ªtica gubernamental surge de una estructura institucional altamente complicada e intrincada, poblada por hombres y mujeres normales muy poco diferentes del resto de nosotros".
Malos y buenos
Probablemente, la mayor originalidad de James M. Buchanan y de los dem¨¢s componentes de esta corriente de pensamiento ha sido la desmitificaci¨®n del sector p¨²blico de la econom¨ªa. Adem¨¢s de la procedencia de se?alar las imperfecciones del mercado como justificaci¨®n de la intervenci¨®n p¨²blica, es necesario tambi¨¦n realizar un profundo examen de la racionalidad de tal intervenci¨®n en el mercado. No es v¨¢lido el simplista planteamiento de malos (los agentes econ¨®micos, los consumidores, los empresarios, guiados por su inter¨¦s ego¨ªsta y exclusivamente individual) y buenos (el Estado, reflejo de los intereses de la colectividad, integrado por funcionarios que no tienen otra motivaci¨®n que la defensa del inter¨¦s p¨²blico).
Es cierto que el mercado es un mecanismo de asignaci¨®n de recursos no del todo perfecto, pero el Estado tampoco se encuentra exento de imperfecci¨®n. En ¨²ltimo t¨¦rmino, lo que as¨ª se est¨¢ poniendo de relieve, es la conveniencia de invertir la presunci¨®n de legitimidad de cualquier intervenci¨®n p¨²blica en cuanto se constaten imperfecciones del mercado y, en su lugar, no elegir al Estado m¨¢s que a partir del momento en que se haya demostrado que la soluci¨®n del mercado es realmente m¨¢s costosa que la soluci¨®n de la intervenci¨®n p¨²blica.
James Buchanan es, por ¨²ltimo, un economista comprometido con la realidad. Como escribe en el prefacio del libro El an¨¢lisis econ¨®mico de lo pol¨ªtico, editado en 1984 por el Instituto de Estudios Econ¨®micos, "la teor¨ªa de la elecci¨®n p¨²blica, concebida estrictamente en su versi¨®n te¨®rica, no lleva a ninguna parte, no tiene ni objeto ni legitimidad. Sin embargo, entendida en el sentido de que sus elementos tienen la finalidad de ser ¨²tiles en el dise?o ¨²ltimo de las reglas del juego pol¨ªtico, es un ingrediente esencial de la construcci¨®n de la sociedad de individuos libres y responsables".
Ah¨ª est¨¢ como prueba evidente del sentido normativo reformista y de cambio de las instituiciones de la pol¨ªtica y del Gobierno democr¨¢ticos que late en la teor¨ªa de la elecci¨®n p¨²blica, la conocida ley norteamericana Grann-Rudman-Hollings, primer intento de establecer un mecanismo autom¨¢tico de control del d¨¦ficit en las econom¨ªas modernas.
Parece ocioso subrayar que para una econom¨ªa como la espa?ola, que cuenta con un sector p¨²blico aquejado de tantas ineficiencias, la teor¨ªa de la elecci¨®n p¨²blica que profesa el nuevo premio Nobel de Econom¨ªa constituye una lecci¨®n de permanente actualidad.
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