James Buchanan, Nobel de Econom¨ªa por sus trabajos sobre la 'elecci¨®n p¨²blica'
La Real Academia de Ciencias de Suecia hizo p¨²blica ayer su decisi¨®n de otorgar el Premio Nobel de Econom¨ªa 1986 al profesor norteamericano James McGill Buchanan, de 67 a?os, de la universidad George Mason (Virginia), por haber elaborado los fundamentos de los contratos te¨®ricos y constitucionales con vistas a la adopci¨®n de decisiones econ¨®micas y pol¨ªticas. Durante cerca de 40 a?os Buchanan construy¨® progresivamente sus teor¨ªas y en la actualidad es considerado el principal investigador de lo que se denomina public choice, la elecci¨®n p¨²blica.
La teor¨ªa econ¨®mica tradicional ha estudiado minuciosamente la forma en que consumidores y empresarios, es decir los protagonistas privados de la econom¨ªa, adoptan decisiones para la compra de mercader¨ªas, producci¨®n de ¨¦stas, inversiones, etc¨¦tera.De manera an¨¢loga, el nuevo premio Nobel de Econom¨ªa ha elaborado una teor¨ªa de tales decisiones para el sector p¨²blico. Esta teor¨ªa, que ha sido denominada nueva econom¨ªa pol¨ªtica, se sit¨²a en los l¨ªmites de la econom¨ªa y la ciencia sociopol¨ªtica y tiene antecedentes en los trabajos realizados por el economista sueco Knut Wicksell.
El beneficio del cambio
La innovaci¨®n del economista ganador del premio Nobel es la de haber transferido a las decisiones pol¨ªticas la idea del beneficio del cambio mutuo entre los individuos. De tal manera que el proceso pol¨ªtico deviene en una forma de colaboraci¨®n destinada a la obtenci¨®n de ventajas rec¨ªprocas. Como el resultado de ese proceso depende de las reglas del juego que enmarcan la actividad econ¨®mica, resulta de vital importancia la forma de las reglas constitucionales y la posibilidad de reformarlas.Para Buchanan resulta a menudo sin sentido intentar dar consejos a los protagonistas de las decisiones pol¨ªticas o tratar de influir en problemas espec¨ªficos separadamente. Para un sistema de reglas determinadas, las conclusiones finales est¨¢n, en gran medida, condicionadas por la constelaci¨®n de intereses en juego.
As¨ª, por ejemplo, en lugar de intentar corregir los derechos de aduana de forma particular, la atenci¨®n debe volcarse hacia las reglas del juego fundamentales que rigen los intercambios comerciales internacionales, tales como el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT).
La evoluci¨®n producida en el curso de los ¨²ltimos decenios sobre numerosos puntos vinculados a este problema han confirmado la visi¨®n realista de Buchanan en las posibilidades de la pol¨ªtica econ¨®mica y en la necesidad de tipos separados de reglas de juego fijas. M¨¦todos para obtener una mejor compenetraci¨®n entre los gastos p¨²blicos, y los impuestos son ahora cuestiones mucho m¨¢s actuales que 20 a?os atr¨¢s.
Sorprendido y satisfecho
La obra m¨¢s conocida de las publicadas por Buchanan es, quiz¨¢s, Calculus of consent, escrita en colaboraci¨®n con su colega Gordon Trullock en 1962. Es autor, adem¨¢s, de numerosas obras y monograf¨ªas y escribe habitualmente en diversas publicaciones especializadas.James Buchanan se mostr¨® ayer "sorprendido, asombrado y satisfecho" al conocer que hab¨ªa sido galardonado con el Premio Nobel de Econom¨ªa. Efe informaba que el decano de la Universidad norteamericana de George Mason, donde Buchanan desarrolla sus tareas docentes, comentaba que "todos nos sentimos envueltos en el aura de este gran honor".
El profesor Buchanan tiene 67 a?os, est¨¢ casado y no tiene hijos. Es el decimotercer norteamericano que recibe este galard¨®n, que fue otorgado por primera vez en 1969 al noruego Bagnar Frisch y al holand¨¦s Jan Tinbergen por sus trabajos sobre los procesos econ¨®micos en forma din¨¢mica, moderna y aplicada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.