Las mentirijillas de un diputado
EL DIPUTADO espa?ol Jos¨¦ Miguel Bravo de Laguna ha sido protagonista o v¨ªctima -seg¨²n las versiones- de un considerable l¨ªo en unos grandes almacenes de Londres. Como hacen miles de espa?oles atra¨ªdos por el apetito comprador, Bravo de Laguna acudi¨® con su esposa a uno de esos centros y all¨ª adquirieron los objetos m¨¢s dispares, desde un tren el¨¦ctrico hasta una camiseta t¨¦rmica, pasando por una carterita para tarjetas de cr¨¦dito y un ambientador. Seg¨²n una de las versiones que ¨¦l mismo da, otro objeto -un pijama- se desliz¨® inoportuna e incomprensiblemente en una de las bolsas que portaban. Dice Bravo de Laguna que alguien del almac¨¦n que debi¨® de ver c¨®mo ese pijama deslizante entraba en una de las bolsas les sigui¨® y les aprehendi¨®. Numerosos espa?oles han sido atrapados en iguales circunstancias, y todos han pasado puntualmente por la verg¨¹enza de tener que explicarse. A veces se trata de rateros ocasionales; otras veces, de malentendidos. Aun en ese caso, prefieren declararse culpables y pagar una multa para evitar tr¨¢mites enojosos. Pero cuando uno es diputado y ostenta la representaci¨®n de la soberan¨ªa popular debe pens¨¢rselo dos veces antes de confesar ser un ladr¨®n, por poco valor que tenga el supuesto robo. E incluso debe pens¨¢rselo antes de exhibir su condici¨®n de diputado.Ni lo uno ni lo otro: Bravo de Laguna no resisti¨® la tentaci¨®n y proclam¨® de inmediato su condici¨®n pol¨ªtica con la probable pretensi¨®n de obtener con rapidez la ayuda consular o acaso un trato distintivo. A continuaci¨®n, aconsejado por un abogado brit¨¢nico, se declar¨® culpable de haber sustra¨ªdo algunos de los objetos que portaba. Luego, ya en contacto con la Prensa, asegur¨® que su declaraci¨®n fue falsa y que si se present¨® como culpable fue para evitar la prolongaci¨®n de la aventura judicial. En el Reino Unido, si en esas circunstancias uno se declara inocente del hurto que se le imputa, debe cuando menos dejar una fianza y regresar al Reino Unido al cabo de un mes para someterse al tr¨¢mite de un juicio conjurado.
Pero con el expeditivo n¨²mero de decir "yo confieso" no han acabado los problemas de Bravo de Laguna. Porque el resultado de la cuesti¨®n es que o bien no hurt¨® el pijama, y entonces minti¨® al juez, o bien no minti¨® al juez, y entonces hurt¨® el pijama, y ha mentido a la opini¨®n p¨²blica. En cualquier caso, de una de las dos mentiras s¨ª es culpable. Y la actitud de un diputado que miente a un juez para evitarse un mal trago o a la Prensa para no ser acusado de ratero genera razonables dudas entre sus electores: ?Ser¨¢ la primera vez que dice mentirijillas Bravo de Laguna? ?Ser¨¢ la primera vez que se declara culpable sin serlo? ?Ser¨¢ la primera vez que se declara inocente sin serlo? ?Cu¨¢ndo son de creer y cu¨¢ndo no las palabras de Bravo de Laguna? ?Miente en el extranjero y es sincero en Espa?a? ?O mentir¨¢ en Espa?a siendo sincero en el extranjero? Ya no podemos estar seguros de lo que dice este personaje que fue subsecretario de Presupuesto y Gasto P¨²blico del Gobierno de UCD (entre diciembre de 1981 y septiembre de 1982), ha figurado como diputado en todas las legislaturas de la democracia y ha sido secretario del Parlamento de la naci¨®n espa?ola. Ahora figura en los archivos policiales brit¨¢nicos como avergonzado autor de un hurto. Convicto y confeso el secretario general del Partido Liberal de Segurado. Lo dicho: todo un l¨ªo.
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