Harlem D¨¦sir: "Se han amalgamado conceptos: terrorista, ¨¢rabe, isl¨¢mico"
El presidente de SOS-Racismo tiene un nombre de personaje literario: Harlem D¨¦sir. Es un joven mestizo, nacido en Par¨ªs y de origen antillano. Trabaja ¨²nicamente para una causa, la lucha contra el racismo y la xenofobia. Ha estudiado Filosof¨ªa e Historia en Par¨ªs, ha hecho peque?os trabajos eventuales (cuidar ni?os, entre otros) y su profesi¨®n es la militancia antirracista. El movimiento que preside en Francia ha movilizado a una juventud normalmente abstencionista cansada de la pol¨ªtica de los partidos.
La reciente ola de terrorismo que afect¨® a Par¨ªs, provocando con fusiones lamentables, como identificar ¨¢rabe y musulm¨¢n, mediterr¨¢neo o incluso extranjero, con terrorismo, ha sido la se?al de alerta para la asociaci¨®n SOS-Racismo, que se ha movilizado en contra de los atentados y tambi¨¦n del peligro de discriminaciones.SOS-Racismo cuenta con 15.000 socios y millares de simpatizantes en toda Francia, organizados en comit¨¦s locales, escolares, de empresa..., que eligen a las 100 personas que componen su Consejo Nacional. Cuenta con equipos de abogados y de voluntarios (pagados en buena parte por las ayudas del Ministerio de Trabajo) y con 15 personas dedicadas profesionalmente, a la asociaci¨®n. En un solo a?o, 1985, SOS-Racismo atendi¨® en Par¨ªs 400 casos.
Pregunta. ?En qu¨¦ medida se han visto afectados los inmigrados y los ciudadanos franceses de color o de origen no europeo por los efectos del terrorismo?.
Respuesta. Antes que nada quiero decir que el terrorismo es totalmente injustificable. El combate que nosotros llevamos es por la dignidad de la persona humana. Utilizamos los instrumentos de la democracia, los derechos de expresi¨®n y de manifestaci¨®n, las campa?as de Prensa... la violencia es para nosotros un adversario. Nunca hemos tenido dudas sobre el terrorismo. Esto est¨¢ claro en la asociaci¨®n y en las generaciones j¨®venes. Incluso quienes desean cambiar m¨¢s radicalmente la sociedad no quieren la violencia. Pero adem¨¢s de las v¨ªctimas de los atentados hay otra v¨ªctima, que es la propia opini¨®n. Hay una regresi¨®n en la opini¨®n democr¨¢tica. Surgen iniciativas como pedir la pena de muerte, se acrecienta la xenofobia.
Mientras no se encuentra a los verdaderos responsables se persigue a quienes m¨¢s se les puedan parecer, aunque s¨®lo sea por su aspecto f¨ªsico. Si dejamos que se produzca un deslizamiento hacia el cuestionamiento de las libertades p¨²blicas, los terroristas habr¨¢n ganado, se habr¨¢ conseguido su objetivo, que es la destrucci¨®n de las libertades. La unidad de la poblaci¨®n ante el terrorismo es muy importante, pero no una unidad en torno al estado de guerra, al estado policial, sino en la defensa de las libertades.
P. El abogado de Georges Ibrahim Abdala, Jacques Verg¨¦s, ha comparado la ¨²ltima ola de atentados con la campa?a de bombas durante la guerra de Argelia.
R. No se puede comparar una guerra como la de Argelia con los atentados que realiza un grupo min¨²sculo contra gentes inocentes. Pero adem¨¢s, el terrorismo, incluso el de la batalla de Argel, que mataba a personas inocentes en las terrazas de los caf¨¦s, es siempre condenable. No aporta nada a la causa que lo practica, al contrario.
P. ?Qu¨¦ opini¨®n le merecen las medidas de urgencia dictadas por el Gobierno franc¨¦s para combatir el terrorismo?.
R. En principio, creo que ha habido una actitud bastante responsable del Gobierno, en lo que se refiere a los peligros de una ola de xenofobia. En cuanto a las medidas concretas, es otra cuesti¨®n. En el caso de la exigencia de visados, es importante la decisi¨®n de mantener la situaci¨®n de los ciudadanos magreb¨ªes, que por el momento no se han visto afectados por las nuevas medidas. Por otra parte, los visados no tienen una eficacia inmediata, sino psicol¨®gica. Sobre las medidas secretas no tenemos informaci¨®n. En cualquier caso, lo que se haga debe hacerse en el marco democr¨¢tico y el Estado de derecho.
Respecto a las identificaciones y controles callejeros, posibilitados por la ley de Seguridad, hay que recordar que fue aprobada antes de la ola de atentados, es decir, que la afirmaci¨®n de que iba a "aterrorizar a los terroristas" ha quedado desmentida por los propios atentados que han llegado despu¨¦s. Los registros de paquetes y bolsos en los establecimientos p¨²blicos me parecen l¨®gicos y razonables. Pero en cambio, las expulsiones de ciudadanos extranjeros, principalmente palestinos y libaneses, nuevamente creo que nada tienen que ver con la lucha antiterrorista. Se ha querido expulsar a gente contra quienes no hab¨ªa ning¨²n cargo. Estas cosas lo ¨²nico que consiguen es deshonrar a la democracia.
"Hubiera podido ser peor"
P. ?Qu¨¦ balance hace, por tanto, del ¨²ltimo mes de atentados?R. El ambiente creado en torno a los atentados ha permitido realizar una amalgama de conceptos: terrorista, ¨¢rabe, isl¨¢mico, sobre todo en la extrema derecha. Pero hubiera podido ser peor. Un atentado como el de la calle de Rennes, si se hubiera producido en una ciudad del sur de Francia, habr¨ªa desencadenado una aut¨¦ntica caza al ¨¢rabe.
P. ?Qu¨¦ actitud adoptan los partidos pol¨ªticos y el propio Gobierno ante las altemativas de SOS-Racismo?
R. Los partidos, a derecha e izquierda, quieren atraerse a los j¨®venes cuando pueden manipularlos. La derecha tiene mayores dificultades para dar respuestas a nuestras reivindicaciones. Pero en todos los partidos hay un a corriente humanista. Simone Veil o el ministro de Trabajo, Philippe Seguin, o el secretario de Estado para los Derechos del Hombre, Claude Malhuret, representan corrientes humanistas en partidos que no siempre tienen las ideas claras sobre estas cuestiones. En nuestra corta historia, hemos tenido contactos con todos los partidos democr¨¢ticos y tambi¨¦n con el Gobierno. El Ministerio de Trabajo y la Secretar¨ªa de Estado para los Derechos del Hombre son quienes m¨¢s nos han ayudado. Pero hay otros pol¨ªticos claramente reticentes.
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