La reducci¨®n de unas armas multiplica otras
En la cumbre de Reikiavik, e incluso antes, Reagan y Gorbachov hablaron de la importante posibilidad de reducir en un 50% el n¨²mero de armas nucleares estrat¨¦gicas de ambas superpotencias o incluso de suprimir en 10 a?os todos los misiles bal¨ªsticos estrat¨¦gicos (como asegura la Casa Blanca frente al Kremlin, que afirma que Reagan acept¨® suprimir en ese plazo todas las armas nucleares estrat¨¦gicas de las dos superpotencias). Estas perspectivas esconden el desarrollo de nuevos tipos de armamentos.
Lo ocurrido en Islandia est¨¢ a¨²n envuelto en brumas y es objeto de debate entre Washington y Mosc¨². Gorbachov fue, sin duda, mejor preparado que Reagan a Reikiavik, y llevaba instrucciones aprobadas por el Politbur¨®. No se entiende, sin embargo, que la oferta de reducir en un 50% las armas nucleares ofensivas quedara, en Ginebra antes de la cumbre, rebajada a un 30%, porque as¨ª lo pidieron los militares sovi¨¦ticos, seg¨²n informaciones norteamericanas, y luego fuera recuperada en Reikiavik.Misiles estrat¨¦gicos
La oferta de suprimir todas las armas nucleares estrat¨¦gicas parece imposible, dado el peso de la realidad. Incluso a EE UU le crear¨ªa inmensos problemas suprimir todos los misiles estrat¨¦gicos, conservando bombarderos de largo alcance y misiles de crucero, aunque ,una posibilidad de este tipo es algo m¨¢s realista.
Despu¨¦s de todo, ambas superpotencias est¨¢n empe?adas en intensos programas de producci¨®n de misiles de crucero -lanzados desde aviones o desde buques, no afectados por los sistemas contemplados en la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI)- equipados con cabezas convencionales y nucleares. Estados Unidos ha cruzado esta semana un umbral decisivo con la puesta en servicio de un B1 -B, el primer nuevo tipo de bombardero norteamericano de largo alcance desde los famosos B-52, que nacieron hace un cuarto de siglo.
Un 50% de reducci¨®n de todas las armas nucleares estrat¨¦gicas es m¨¢s posible. Incluso as¨ª, ambas superpotencias tendr¨ªan capacidad para destruirse completamente varias veces.
En un primer momento en la cumbre, ambos aceptaron la reducci¨®n del 50%, tanto en t¨¦rminos de vectores como de cabezas nucleares -propuesta que viene de lejos, lo que de muestra que no carece de seriedad-, lo que dejar¨ªa a cada parte con 6.000 cabezas nucleares lanzadas desde 1.600 vectores.
Una supresi¨®n o una importante reducci¨®n de los misiles bal¨ªsticos de largo alcance supondr¨ªa, como se?alaba The Washington Post citando a expertos de la Administraci¨®n de Reagan (entre ellos, Fred C. Ikle, subsecretario de Pol¨ªtica de Defensa), volver a la ecuaci¨®n estrat¨¦gica imperante a finales de la d¨¦cada de los cincuenta y comienzos de los sesenta, con bombarderos y misiles de baja cota lanzados desde submarinos y, por supuesto, la novedad de los misiles de crucero. "Entonces hab¨ªa pocos misiles bal¨ªsticos, con la competencia entre las superpotencias reducida en gran parte a los bombarderos y a la defensa a¨¦rea, y con EE UU gozando de una ligera ventaja tecnol¨®gica y num¨¦rica".
Ventaja num¨¦rica
Estados Unidos dispone de ventaja num¨¦rica sobre la URSS en bombarderos estrat¨¦gicos (263, frente a 170 en 1985) y misiles de crucero. El acuerdo potencial de Reikiavik, seg¨²n diversas informaciones, permitir¨ªa a EE UU no reducir el n¨²mero de sus bombarderos, seg¨²n un sistema de contabilidad aparentemente aceptado por Gorbachov por el cual los bombarderos s¨®lo contar¨ªan como una o dos cabezas nucleares, aunque cada aparato puede transportar hasta 12 bombas y otros tantos misiles de crucero. (En Islandia, ambos decidieron significativamente dejar a un lado, por ahora, la cuesti¨®n de los misiles de crucero.)
Un solo misil intercontinental, por el contrario, contar¨ªa como 10 armas si lleva 10 cabezas nucleares. El resultado de la destrucci¨®n de misiles intercontinentales y del desarrollo de bombarderos y misiles, de crucero ser¨ªa no una reducci¨®n del 50% de las armas nucleares, sino s¨®lo del 25% y la potenciaci¨®n de nuevas armas, adem¨¢s de las derivadas de la SDI. Eso s¨ª, la ecuaci¨®n estrat¨¦gica ser¨ªa m¨¢s estable, al dificultar el ¨¦xito de un primer ataque contra las fuerzas de represalia.
Pero el valor militar de los armamentos convencionales, terreno en el que la URSS cuenta con superioridad, al menos en Europa, se plantear¨ªa con un nuevo vigor (y con, seg¨²n temen los europeos de la OTAN, menos medios si prospera la SDI). De ah¨ª la necesidad de negociar tambi¨¦n esta cuesti¨®n. Durante a?os.
Los progresos tecnol¨®gicos son muy difficiles de detener. De ah¨ª que la URSS, cuando vio la posibilidad de modernizar su arsenal, fabricara los mejores instrumentos que pudo, los SS-20. Paralelamente, EE UU hizo lo mismo con los Pershing 2 y los misiles de crucero lanzados desde tierra.
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