Vida del objetor

Me temo que le han colado un gol. Lamento utilizar una met¨¢fora utilizada por el propio se?or Barrionuevo para ireferirse a alguna de sus actuaciones, pero es as¨ª. La breve rese?a que hac¨ªa en EL PA?S de 26 de octubre de la encartelada de objetores de conciencia en Pamplona seg¨²n la agencia Efe se puede ajustar bastante bien a ese s¨ªmil. En dos furgonetas y un furg¨®n policial caben bastante m¨¢s de 25 objetores. En concreto, en mi furgoneta ¨ªbamos 13. El furg¨®n lo llenaron antes, y all¨ª cabr¨ªan, por lo menos, el doble. En la ¨²ltima furgoneta trajeron a 12. Desde luego que en comisar¨ªa est¨¢bamos m¨¢s de 40 personas. Y es cierto que fuimos detenidos (o retenidos, no s¨¦), pero no es menos cierto, y creo que s¨ª es m¨¢s importante informativamente hablando, que antes de ello hab¨ªamos sido golpeados, brutalmente golpeados, aunque no est¨¢bamos haciendo nada que lo justificara (si es que lo que nos hicieron se puede justificar). No grit¨¢bamos, no nos mov¨ªamos, no obstru¨ªamos el tr¨¢fico. Simplemente est¨¢bamos encartelados pidiendo la liberaci¨®n de nuestros compa?eros encarcelados en calabozos militares. Y nos golpearon con sa?a. ?Qu¨¦ otra cosa que la sa?a pudo hacer que, por ejemplo, uno de nosotros recibiera un porrazo en la cara estando quieto, tumbado boca arriba y mientras la polic¨ªa lo arrastraba por la calzada? Tuvo suerte. Pudo girar la cabeza y mover un hombro que amortigu¨® el golpe. S¨®lo le hicieron una fisura en la nariz. Por cent¨ªmetros no le sacaron un ojo. ?No merece la pena que esto se sepa? ?O es que la brutalidad de la polic¨ªa s¨®lo ha de saberse cuando produzca da?os irremediables?-