Triunfaron Ias pel¨ªculas de Tarkovski, Jordan y Gim¨¦nez Rico
ENVIADO ESPECIALLa Espiga de Oro, galard¨®n de la Seminci 86, fue concedida en la sesi¨®n de clausura del festival vallisoletano que se desarroll¨® anoche en el teatro Calder¨®n de la capital castellana, y qued¨® repartida entre dos pel¨ªculas: la sueca Sacrificio, del cineasta ruso Andrei Tarkovski, y la brit¨¢nica Mona Lisa, de Neil Jordan. La pel¨ªcula espa?ola El disputado voto del se?or Cayo, de Antonio Gim¨¦nez Rico, obtuvo la Espiga de Plata, adem¨¢s de salir victoriosa en la votaci¨®n entre el p¨²blico asistente a las proyecciones de la secci¨®n oficial. EI jurado del galard¨®n Tiempo de historia concedi¨® su premio a la pel¨ªcula canadiense Artie Shaw: el tiempo es todo lo que ha quedado.
El preinio al mejor actor fue otorgado al brit¨¢nico Bob Hoskins, protagonista de Mona Lisa, en la que realiza un perfecto trabajo de alta escuela, con gran equilibrio entre la emotividad y la t¨¦cnica.Un just¨ªsimo premio que contrasta con el incomprensible disparate que supone conceder el premio a la mejor actriz a la norteamericarta Meryl Streep, por
su marrullera, lamentable, casi penosa, colecci¨®n de muecas en
el filme Heatburn.
No se entiende bien c¨®mo un jurado de profesionales del cine ha podido dejarse enga?ar de manera tan candorosa por la fama de una actriz que, en esta pel¨ªcula, no alcanza a ser ni la sombra de su colega canadiense Martha Henry, quien realiza en Bailando en la oscuridad una interpretaci¨®n impecable, sobria, muy compleja y abrumadoramente superior al de la norteamericana.
Refrendo del p¨²blico
El premio Fran?ois Truffaut a la mejor ¨®pera prima fue concedido con justicia al filme argentino de Carlos Sorin, La pel¨ªcula del rey; y el que distingue a la mejor fotograf¨ªa fue a parar a las manos del prodigioso trabajo de Sven-Nikvist en Sacrificio, que en verdad no admite competidores.La Espiga de Plata a El disputado voto del se?or Cayo es merecida y el refrendo del p¨²blico as¨ª lo confirma.
Se trata de un filme que, por encima de balbuceo y de f¨¢cilidades, tiene la virtud de la sencillez y la eficacia. Se trata de un relato muy emotivo, muy bien interpretado y que, por todos los s¨ªntomas, va a llevar a much¨ªsimos espectadores a nuestras salas de proyecci¨®n, cosa que es lluvia de agua bendita en el des¨¦rtico panorama de una buena parte del cine espa?ol. Adem¨¢s del grotesco disparate del regalo a Meryl Streep, hay otro aspecto discutible del fallo del jurado: conceder ex aequo, es decir, en igualdad de tratamiento, la Espiga de Oro a Sacrificio y a Mona Lisa, cuando entre ambas pel¨ªculas media un abismo de hondura y dificultad en favor de la primera
Filme genial
Mona Lisa es una pel¨ªcula trepidante, muy bella, perfectarnente hecha y de resultado emotivo; pero Sacrificio es una obra genial, un filme que hay que situar a la altura de la mirada de Dreyer o Mizoguchi, una de las obras maestras del cine contempor¨¢neo, cuya presencia en la Seminci ennoblece y hace hist¨®rico a este encuentro, pues ha sido el primer festival en arriesgarse a conceder a este sublime y sobrecogedor monumento espiritual un gran premio, para esc¨¢ndalode todos y de cada uno de los jurados del pasado, Festival de Cannes, que prefirieron d¨¢rselo a esa mediocridad vestida con oropeles titulada La misi¨®n y que ahora se ven obligados a esconder la cabeza bajo la socorrida almohada del "no fui yo, fueron los otros".?Por qu¨¦ no actidir al habitual sistema de un premio especial del jurado para la excelente Mona Lisa y dejar a solas, como debe estar toda cumbre, a Sacrificio de Andrei Tarkovski, para gloria de este festival y buen nombre de quienes decidieran tal acierto?.
Pero as¨ª no quisieron decidirlo los jurados de esta edici¨®n de la Seminci: Jos¨¦ Luis Dibildos, Mercedes Sampietro, Jo?o Batista de Andrade, Orlow Seunke, Graciela Dufau, Bo Widerberg y Teresa Madruga, que hicieron un reparto y una componenda all¨ª donde no hab¨ªa nada que repartir ni nada que componer.
Y si no, tiempo al tiempo.
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