Casi todos los estilos en 22 conciertos

La actuaci¨®n de los brasile?os Paulo Delmiro, C¨¦sar Camargo Mariano y Paulo Moura en la primera parte y del grupo de John Abercrombie, Marc Johnson, Randy Brecker y Peter Erskine en la segunda, inaugura hoy en el teatro Alcal¨¢ Palace el 7? Festival de Jazz de Madrid, organizado por la Oficina de Coordinaci¨®n Art¨ªstica del Ministerio de Cultura. El festival programa casi todos los estilos en 22 conciertos de 34 grupos diferentes.

Como novedades principales hay que destacar, en primer lugar, que el programa es m¨¢s amplio que en a?os anteriores. Es ¨¦sta una novedad chocante, porque en la conferencia de prensa de presentaci¨®n del festival las mismas autoridades que lo anunciaron dijeron que hab¨ªa exceso de programaci¨®n cultural en Madrid, y estuvieron de acuerdo con quien sugiri¨® que tanta concentraci¨®n de conciertos no hay afici¨®n ni bolsillo que la aguanten.Pese a esos prop¨®sitos, nos vamos a enfrentar con una programaci¨®n jazz¨ªstica que entre el 9 y el 22 de noviembre abarcar¨¢ 22 conciertos de 34 grupos diferentes. En cuanto a la oferta, se puede decir que se ha tra¨ªdo todo lo que hay, por lo que la variedad estil¨ªstica es grande. La laguna principal la constituye la ausencia de una gran cantante que renueve el ¨¦xito obtenido en ediciones anteriores por Sarah Vaughan o Carmen McRae.

Es cierto que en el programa hay buenas vocalistas: Leny Andrade, B¨¢rbara Morrison -cuyo grupo est¨¢ patrocinado por una marca de cigarrillos, lo que no deja de ser curioso- y Carmen Bradford; esta ¨²ltima, que viene con una banda de Count Basie dirigida por Frank Foster, est¨¢ muy bien cuando canta rhythm and blues, y bastante peor cuando canta otras cosas.

Falta una gran diva

Pero falta una gran diva, que podr¨ªa haber sido Betty Carter, a quien los aficionados de Barcelona han tenido la fortuna de ver en el festival de esa ciudad, y adem¨¢s en el concierto inaugural, cuando la resistencia est¨¢ intacta.Por lo dem¨¢s, la verdad es que todos los estilos est¨¢n representados bien, y en alg¨²n caso m¨¢s que bien. Tendremos testimonio de la tradici¨®n negra tanto en su pasado -con la Tuxedo Brass Band- como en su futuro, con Lester Bowie y su Brass Fantasy. Pero no s¨®lo habr¨¢ jazz de Estados Unidos, sino tambi¨¦n grupos cubanos, brasile?os, italianos. Los espa?oles estar¨¢n m¨¢s que nada para animar las veladas del C¨ªrculo de Bellas Artes, donde se ha tratado de reproducir el ambiente de un club de jazz, y donde las actuaciones comenzar¨¢n, como pronto, a las doce de la noche. Es decir, en la m¨¢s pura l¨ªnea de lo que en la jerga especializada se llama jazz after hours.

Varios grupos espa?oles reforzar¨¢n sus formaciones con m¨²sicos extranjeros: es el caso de A-Free-K, con el trompeta Jack Walrath; Onix, con el tambi¨¦n trompetista Kenny Wheeler, y el conjunto de Jos¨¦ Antonio Galicia con el pianista alem¨¢n Rainer Br¨¹nninghaus. Otro n¨²mero especial ser¨¢ la actuaci¨®n de Tete Montoliu con una orquesta de 18 m¨²sicos, entre los que est¨¢n Johnny Griffin, Bobby Hutcherson, Slide Hampton y otras muchas luminarias; s¨®lo que en este caso no se sabe qui¨¦n refuerza a qui¨¦n.

El n¨²mero fuerte del festival madrile?o lo constituyen, sin duda, los conciertos del pr¨®ximo fin de semana, en el Palacio de los Deportes. Por all¨ª pasar¨¢n Miles Davis, Ray Charles, Sonny Rollins y el cuarteto de Herbie Hancock. Superestrellas, m¨¢s que del jazz, de la m¨²sica sin mayores especificaciones; superestrellas que de momento atraen la m¨¢xima atenci¨®n. Ojal¨¢ no hagan olvidar que escondidos en el resto del programa est¨¢n m¨²sicos tan interesantes como Michel Petrucciani, Phil Woods y dos Kennies, el guitarrista Kenny Burrell y el pianista Kenny Drew.