Una m¨¢quina de hacer dinero
La ¨²ltima fuga incrementa la seguridad y el malestar de los trabajadores en la Casa de la Moneda
Aunque otros se?alen lo contrario, verdaderamente es el ¨²nico producto de primera necesidad. En la F¨¢brica Nacional de Moneda y Timbre, 2.300 personas se afanan por producir monedas, billetes, cartones de bingo y sellos. En estos momentos inventan una moneda de 500 pesetas y un billete de 10.000. Fuera de la f¨¢brica, el mundo se vuelve loco por conseguir el mayor n¨²mero de ejemplares posibles. Recientemente, un empleado fue acusado del robo de 80 millones. Los trabajadores han sufrido en sus carnes el incidente con el refuerzo de las normas de seguridad.
El que no tenga una obra de Jos¨¦ Antonio Prieto es un pobre hombre. Lo mismo puede decirse de Mariano Salamanca. Sus obras circulan de mano en mano. A comienzos de a?o saldr¨¢ al mercado su ¨²ltima inspiraci¨®n: un billete de 10.000 pesetas, color gris¨¢ceo. Por un lado aparece el retrato del Pr¨ªncipe, dibujado por Prieto, y por el otro, el del Rey, obra de Salamanca. Para m¨¢s tarde se prepara la moneda de 500 pesetas.Los dos artistas pertenecen a la plantilla de 2.300 trabajadores de la F¨¢brica Nacional de Moneda y Timbre. Tienen un nivel 2,80, es decir, que a cambio de dibujar dinero reciben al mes unas 160.000 pesetas.
A Vicente L¨®pez le faltaban muchas d¨¦cimas para llegar a ese nivel. Era un 1,63. Su sueldo no estaba en consonancia con la responsabilidad que ten¨ªa. Un lunes, este hombre, amable y educado, casado con una administrativa de la misma casa, no fich¨® puntualmente. Tampoco lo hizo ella. Al d¨ªa siguiente, el comit¨¦ de empresa fue informado de que Vicente L¨®pez ten¨ªa un sobresueldo desde septiembre de 1983. Si hay que hacer caso a la polic¨ªa, Vicente L¨®pez sacaba billetes de la f¨¢brica desde esa fecha. Unos 80 millones en total.
Gracias al n¨²mero de los billetes encontrados en poder de una mujer -amante del empleado-, en la f¨¢brica se pudo reconstruir la historia de esos billetes. Siempre con el mismo resultado: billete destruido, billete destruido, billete destruido... Desde hac¨ªa cinco a?os, Vicente L¨®pez se encargaba de llevar al horno el dinero defectuoso. Demasiada confianza por 80.000 pesetas.
Los se?oritos
"Los trabajadores nunca hemos robado. Siempre son los se?oritos. Los hombres de confianza que coloca la empresa. Basta con mirar la historia. Hace un a?o, el director y el subdirector fueron acusados de desfalco; luego, un acu?ador de moneda, colocado all¨ª por la empresa; ahora, Vicente L¨®pez, tambi¨¦n con la confianza de la empresa". Jes¨²s Matesanz, secretario del comit¨¦ de empresa, y sus compa?eros tienen claro qui¨¦n delinque.Ellos son los encargados de firmar el primer convenio de la historia de la f¨¢brica, casi centenaria. Los 57 niveles salariales se quedar¨¢n en 16. Lo m¨ªnimo para la diversidad de producci¨®n y de labores.
Varios grabadores se dejan los ojos sobre un billete de 500 intis. La f¨¢brica consigui¨® un contrato para hacer billetes peruanos. A Per¨² le sal¨ªa muy caro que la Rep¨²blica Federal de Alemania produjera su dinero. Un d¨ªa, la f¨¢brica recibi¨® un billete de 500 intis y una escueta orden: queremos uno igual. Sin una foto del indio del anverso ni un dibujo de la monta?a del reverso, los grabadores espa?oles se dedican a falsificar punto a punto, roseta a roseta, cada detallito del billete. Es la ¨²nica falsificaci¨®n de curso legal en la Casa de la Moneda. El papel del billete es ciento por ciento algod¨®n y con unas pintas de colores invisibles a la luz natural. Luego se le van a?adiendo colores, cuatro estampaciones y relieve. Procesos cada vez m¨¢s sofisticados El objetivo est¨¢ claro: que la inversi¨®n del falsificador sea tan alta como el billete que intenta copiar. Pero el delincuente prefiere moneda segura: el d¨®lar Es el billete m¨¢s falsificado del mundo. Claro que s¨®lo tiene una estampaci¨®n y un tama?o.
En la f¨¢brica, el control es absoluto hasta que se demuestra lo contrario. Cada pliego de papel est¨¢ numerado; entre paso y paso de fabricaci¨®n, un empleado firma la entrega, y otro, la recepci¨®n del n¨²mero de billetes. As¨ª hasta el final cuando se encuentra un billete defectuoso, se retira. En su lugar se incluye un papel en blanco con el n¨²mero del retirado. El desechado se mancha de tinta y va camino del horno.
Vicente L¨®pez necesitaba tres llaves para recibir el material tarado y quemarlo en un horno. Durante sus a?os en el mismo puesto tuvo tiempo de reproducir la llave del Banco de Espa?a, la llave del taller y la del interventor.
Cobre y n¨ªquel
La Casa de la Moneda es Zimbabue, seg¨²n el comit¨¦ de empresa. La fundici¨®n de cobre y n¨ªquel tiene un proceso sucio, ruidoso y peligroso. Los empleados son del nivel 1,63. "No se paga la confianza ni las p¨¦simas condiciones de trabajo".Un detector de metales les cachea desde el pelo hasta los pies. Guardias civiles se encargan de la vigilancia exterior, y guardias jurados, de la interior. "Nosotros somos trabajadores sin m¨¢s. No queremos estar rodeados de pistoleros. No somos delincuentes", se?ala un miembro del comit¨¦. El plus de Vicente L¨®pez ha provocado un refuerzo de las medidas de seguridad. Se trata de impedir que el dinero salga gratuitamente.
La direcci¨®n dice que la f¨¢brica gana dinero: 4.500 millones. Lo contrario ser¨ªa de chiste.
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