Sybilla
Una dise?adora afincada en Madrid con proyecci¨®n internacional
Sybilla Sorondo, dise?adora, de 23 a?os, empez¨® en el mundo de la moda con un peque?o negocio de camisas, y en tres a?os consigui¨® que su ropa, zapatos y complementos se vendieran en las mejores tiendas de Madrid, Londres, Par¨ªs, Nueva York y Kuwait. Aunque naci¨® en Nueva York y es hija de una condesa polaca, se siente madrile?a de los pies a la cabeza desde que lleg¨® a la ciudad, hace 15 a?os. Para Sybilla, pasar una colecci¨®n es como "mostrar mi alma al p¨²blico".
Sus modelos parecen sacados de un cuento en el que no faltan los gnomos ni las hadas con gorros picudos. Dise?a vestidos con ventanas que se abren y se cierran, chaquetas que al abotonarse simulan una silueta y jerseis que refejan un beso.Es morena, delgada y tiene unos profundos ojos negros. Parece tan t¨ªmida que es dificil imaginarla en medio de todo el boato que rodea el mundo de la moda. "A veces lo paso fatal, porque presentar una colecci¨®n es c¨®mo mostrar tu alma al p¨²blico", dice. Prepara dos colecciones por a?o, con m¨¢s de 200 piezas cada una, y espera tener dentro de poco su propia tienda. Utiliza tejidos como lana, pelo de camello, alpaca y viscosa para la ropa que dise?a.
Le obsesiona el acabado de las prendas, y para ello cuenta con un grupo de costureras "como las de antes", que cose para ella. "La ropa est¨¢ producida de forma industrial, pero no se hace en una f¨¢brica", asegura. Poco despu¨¦s de acabar el COU, Sybilla decidi¨® independizarse. "Ten¨ªa tantas ganas de hacer mi propia ropa que me fui a Par¨ªs, a aprender". En la ciudad del Sena entr¨® en el taller de Ives Saint Laurent, con el que trabaj¨® una temporada, pero ella no quiere decir casi nada sobre esa fase de su vida. "Cuando viv¨ªa en Par¨ªs, s¨®lo pensaba en volver a Madrid, y en cuanto pude hice las maletas y regres¨¦".
Pronto empez¨® con un negocio de camisas, con el que se ganaba la vida -"mi padre, que se dedica a los negocios, s¨®lo me ha apoyado moralmente"-, y dise?¨® sus primeros modelos. "Entonces s¨®lo hac¨ªa ropa a medida y hu¨ªa de las tiendas. Fue una ¨¦poca buena, porque eleg¨ªa mi propia clientela. La ropa es como los hijos, que no puedes dej¨¢rselos a cualquiera", asegura. Despu¨¦s lleg¨® Enrique P. y, tras mucho insistir, la convenci¨® para que vendiera ropa con la firma Sybilla en su tienda. A partir de ah¨ª comenz¨® a vender en toda Espa?a y despu¨¦s empez¨® a ser conocida en Europa. Ahora vende ropa hasta en Kuwait. "Me compra much¨ªsimas cosas una se?ora incre¨ªble que tiene all¨ª un negocio". Define la clave de su ¨¦xito en los buenos tejidos, el corte y la perfecta confecci¨®n.
Vive en un chal¨¦ de la madrile?a colonia de El Viso, donde tambi¨¦n tiene instalado su estudio, que comparte con cuatro colaboradores, un perro y varios gatos. Sue?a con mudarse a un apartamento, jubilarse dentro de unos a?os, tener una casita en el campo y estudiar oceanograf¨ªa. "Tengo una cuenta pendiente con los estudios", explica. Es muy obsesiva con la m¨²sica que debe acompa?ar los desfiles, aunque en su casa escucha sobre todo m¨²sica cl¨¢sica y ¨®peras.
Sybilla, -su nombre, que proviene del lat¨ªn, significa hechicera- es conocida como una de las j¨®venes dise?adoras madrile?as, aunque posee la nacionalidad norteamericana.
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