Las tensiones con el Vaticano marcan la reuni¨®n de los obispos de EE UU

El conflicto creciente entre la Iglesia cat¨®lica de Estados Unidos y el Vaticano pesar¨¢ sobre los debates de la Conferencia Episcopal Norteamericana, cuya reuni¨®n anual comienza hoy en Washington. Las repetidas sanciones a religiosos norteamericanos, la ¨²ltima de las cuales culmin¨® el s¨¢bado con el anuncio de expulsi¨®n de la orden de los jesuitas de un sacerdote homosexual que se neg¨® a guardar silencio, planear¨¢n, seg¨²n medios cat¨®licos, sobre las sesiones. Los 300 obispos de Estados Unidos deben renovar los cargos dirigentes, estudiar diversas cuestiones lit¨²rgicas y adoptar el texto definitivo de una carta pastoral titulada Justicia econ¨®mica para todos, en la que exhortan al Gobierno a realizar esfuerzos en favor de los pobres.A un a?o de la nueva visita de Juan Pablo II a Estados Unidos, el Vaticano ha acentuado, a los ojos de la mayor¨ªa de los cat¨®licos estadounidenses, una campa?a destinada a hacer volver al redil una iglesia que cuenta con 52 millones de fieles y que considera demasiado independiente.

Esta campa?a, que se ha centrado sobre cuestiones de ¨¦tica sexual, culmin¨® en octubre con la decisi¨®n de la Santa Sede de retirar ciertas prerrogativas al arzobispo de Seattle, Raymond Hunthausen, acusado de haber autorizado a un grupo de homosexuales a celebrar misa en su catedral. Antes, el Vaticano hab¨ªa prohibido ense?ar al te¨®logo de la universidad de las Am¨¦ricas, de Washington, Charles Curran, considerado tambi¨¦n como demasiado "liberal" en cuestiones de moral sexual.

Ning¨²n obispo ha criticado abiertamente las sanciones del Vaticano, aunque muchos de ellos han escrito a Roma para defender a los acusados, y no se espera declaraci¨®n alguna sobre el tema. La elecci¨®n del presidente y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, entre varios candidatos de distinto signo, marcar¨¢ el futuro de las relaciones entre la Iglesia cat¨®lica de EE UU y el Vaticano. Para presidente es probable la elecci¨®n del moderado John May, arzobispo de Saint Louis.