Espa?a trabaj¨® a fondo para ganar a Ruman¨ªa
ENVIADO ESPECIALEspa?a gan¨® a Ruman¨ªa en un partido en el que encontr¨® complicaciones en la primera parte y resolvi¨® en la segunda, con un f¨²tbol vibrante que entusiasm¨® al p¨²blico sevillano. Espa?a presion¨® a los rumanos en su campo y, cuando consigui¨® jugar con cierto reposo, resolvi¨® el partido. Ruman¨ªa se dej¨® ver en el primer tiempo como un equipo m¨¢s serio de lo esperado, pero luego no resisti¨® el ritmo.
El equipo espa?ol sali¨® al campo con la obsesi¨®n de evitar que los rumanos enfriaran el partido, que sobetearan el bal¨®n entre sus l¨ªneas media y defensiva, como hizo el Steaua contra el Barcelona. Para ello, sali¨® a jugar briosamente, presionando a los rumanos en su campo y tratando de acelerar todas las acciones. Y, efectivamente, con ello Espa?a consigui¨® que Ruman¨ªa no aplicara el estilo Steaua, pero al tiempo eso le cost¨® una falta de reposo que le hizo confundirse en sus acciones, atropellarse y masticar poco sus jugadas de ataque.
As¨ª, Espa?a resolvi¨® pronto el problema de dotar al partido de un ritmo vivo, pero una vez que lo consigui¨® vio que eso no era del todo ¨²til a sus prop¨®sitos. A fuerza de correr y de acosar a los rumanos, Espa?a ten¨ªa mucho tiempo el bal¨®n, pero cuando lo cog¨ªa le sobraba atolondramiento. Durante todo el primer tiempo Gallego trataba de dar al equipo un ritmo m¨¢s bajo, que permitiera meditar las cosas cuando ten¨ªa la pelota, en contraposici¨®n con la actitud general cuando se trataba de arrebat¨¢rsela al equipo rumano. No lo consigui¨® del todo.
Adem¨¢s de los problema para marcar la pausa, Espa?a se encontr¨® con otro: Ruman¨ªa hizo un buen primer tiempo, en el que se mostr¨® como un equipo bastante mejor de lo esperado. A pesar de que su mandam¨¢s, Boloni, estuvo bien sujeto por V¨ªctor Ruman¨ªa luc¨ªa en muchas zonas del campo. Luc¨ªa en las alas, donde Michel y Julio Alberto se ve¨ªan antascados frente a sus pares, que bien respaldados por alg¨²n compa?ero -el lateral sobrante de esa banda, el libero o cualquier otro- les encerraban en la raya y les imped¨ªan progresar; y luc¨ªa en sus salidas hacia arriba, gracias a las subidas de Ungureanu en diagonal, o al buen manejo de bal¨®n de Hagi, un extremo retrasado que buscaba y encontraba el apoyo de Lacatus o Camataru. Entre aceleraciones y desaleraciones, contraataques de los rumanos y acciones de Butrague?o que parec¨ªan mucho y se quedaban en poco, se lleg¨® al descanso, en el que no cab¨ªa asegurar que Espa?a tuviera resuelto el partido.
La segunda mitad empez¨® con un aire parecido, aunque pronto se vio que Espa?a jugaba m¨¢s suelta. Daba la impresi¨®n de que el juego de la selecci¨®n, su presi¨®n y el entusiasmo del p¨²blico eran suficientes para atosigar al equipo rumano. Pero el camino hacia la victoria lo abri¨® Arteche con una jugada que no es precisamente su especialidad. Avanz¨® con el bal¨®n y, en lugar de tocarlo en corto hacia un compa?ero, larg¨® un pase largo para Rinc¨®n. El bal¨®n se abri¨® un poco en su trayectoria, y lo que Rinc¨®n hubiera querido que fuera un remate directo a puerta se convirti¨® en un pase hacia atr¨¢s, que Michel remat¨® a la. carrera.
A partir de entonces, con el p¨²blico volcado, Ruman¨ªa desconcertada y Michel crecido por su gol, Espa?a hizo 20 minutos espl¨¦ndidos. El bal¨®n circul¨® con soltura de un lado a otro y las alas se desatascaron, particularmente la derecha, por la que la actividad de Michel se hizo sentir. La defensa cogi¨® firmeza ante los contraataques rumanos, que hasta entonces hab¨ªan sido bastante peligrosos y el p¨²blico lo pas¨® de lo lindo.
Pero Ruman¨ªa mostr¨® seguridad atr¨¢s. Adem¨¢s, Butrague?o est¨¢ algo falto de velocidad y Rinc¨®n se empe?¨® en pelearse m¨¢s que en jugar. Gallego, adem¨¢s, acus¨® cierta fatiga y Mu?oz dio entrada a Se?or. Todo se qued¨® en un triunfo m¨ªnimo, pero meritorio por lo trabajado. En los ¨²ltimos minutos el seleccionador rumano introdujo tambi¨¦n algunos cambios, destinados a refrescar el equipo en busca del empate, pero la verdad es que no los acus¨®.
Espa?a estaba lanzada en su juego y el entusiasmo del p¨²blico de Sevilla pon¨ªa el resto. Habr¨ªa sido justo que en el ¨²ltimo minuto alcanzara su segundo gol. Butrague?o tuvo la gran ocasi¨®n con el penalti de Lung a Julio Alberto, que malogr¨®. El segundo gol le hubiera venido muy bien al equipo Espa?a porque Ruman¨ªa puede ser el equipo que le dispute al final de la fase el primer puesto del grupo.
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