"Felipe Gonz¨¢lez, no ha cumplido con Euskadi"
Carlos Garaikoetxea (Pamplona, 1939) compite por tercera vez en seis a?os en la carrera hacia Ajuria Enea. Lo hace dispuesto a demostrar que su oferta de modernizaci¨®n del nacionalismo desde Eusko Alkartasuna (Solidaridad Vasca) responde a una demanda de la sociedad, cansada de tener que escoger entre su antiguo partido, "cerrado y poco progresista", dice, y el rupturismo de tintes revolucionarios. Para ¨¦l no hay adversario demasiado grande. Garaikoetxea inicia su campa?a, despu¨¦s de una incesante actividad por todo el territorio vasco para afianzar su partido, acusando a Felipe Gonz¨¢lez de haber incumplido el compromiso que contrajo durante una visita a Euskadi sobre el completo desarrollo del Estatuto de Guernica.Todo en la personalidad del candidato de Eusko Alkartasuna (EA) hace pensar en un triunfador. No es que falten reveses profesionales y pol¨ªticos en su biografia, como el no haber conseguido un esca?o por Navarra en junio de 1977 ola huelga general de Pamplona, cuatro a?os antes, en solidaridad con los trabajadores de la empresa de la que era gerente. Pero dicen sus pr¨®ximos que Garaikoetxea se crece cuando se encuentra a punto de naufragar.
Algo as¨ª debi¨® suceder desde que fue forzado por la Asamblea Nacional del Partido Nacionalista Vasco (PNV) a dimitir de la presidencia del Gobierno, hace 22 meses. Dice que no guarda ning¨²n resentimiento, pese a lo que opine en p¨²blico Xabier Arzalluz. "He ganado elecciones y he sido dos veces lendakari, el ¨²nico apoyado por el voto popular. He presidido la ejecutiva de mi partido. No tengo ning¨²n motivo de resentimiento; si acaso, puedo haberlo provocado en otros",argumenta.
Garaikoetxea procede de una familia carlista. Toda su formaci¨®n se realiz¨® en centros religiosos. Fue de manos de los maristas a las de los escolapios, y de ¨¦stos, a los jesuitas de Deusto. Luego puso su formaci¨®n de abogado y economista al servicio de varias empresas, y comenz¨® a asomarse a la vida p¨²blica desde la presidencia de la C¨¢mara de Comercio de Pamplona y el Consejo Foral Navarro. Hab¨ªa comenzado a estudiar euskera y a colaborar en la promoci¨®n de escuelas en lengua vasca, "con la misma fe en mis convicciones nacionalistas", afirma, "que me mantiene ahora en la pol¨ªtica, porque si no no continuar¨ªa en esto ni loco".
Sus relaciones con la pol¨ªtica clandestina comienzan en los a?os sesenta y se afianzan en la siguiente d¨¦cada, cuando se atisba el final del franquismo. El joven y brillante abogado de sonrisa magn¨¦tica es introducido por Arzalluz hasta la cima senatorial del PNV de Vizcaya y propuesto en 1977 para la presidencia de la ejecutiva. Juntos formaban un t¨¢ndem que parec¨ªa irresistible, hasta que la ruptura personal precipit¨® la del partido. Garaikoetxea piensa hoy que es necesario reformular el nacionalismo, arrancarlo de la contemplaci¨®n del pasado y dotarlo de un contenido progresista.
No quiere hacer m¨¢s cr¨ªticas de las imprescindibles al PNV, pero se siente legitimado para denunciar su concepci¨®n de la organizaci¨®n de Euskadi porque siempre se opuso a ella, hasta tener que renunciar al Gobierno. "El PNV ha acumulado poder en las diputaciones para encastillarse en ellas si pierde el Gobierno de Vitoria", explica. Por eso considera imprescindible reformar la ley de Territorio Hist¨®ricos, que distribuye competencias entre Gobierno y diputaciones.
Consenso saludable
Garaikoetxea cree que EA est¨¢ siendo v¨ªctima de una tenaza de silencio de los medios p¨²blicos de comunicaci¨®n, los de Madrid y los de Vitoria. "En estos ¨²ltimos tan escandalosa", puntualiza, "que han protestado los trabajadores". Lo atribuye a la inquietud que suscita su partido. Reci¨¦n nacido, EA tiene casi 15.000 afiliados y aparece en todas las encuestas como alternativa clara y en algunas como ganador. Admite, no obstante, que no habr¨¢ mayor¨ªa absoluta para ning¨²n partido. "Ser¨¢ necesario un gran esfuerzo, quiz¨¢ saludable, para conseguir un amplio consenso", afirma.
El candidato de EA sigue manteniendo la necesidad del di¨¢logo para terminar con la violencia, pero con una precisi¨®n previa: "Hay que verificar la intenci¨®n y la seriedad de los interlocutores". Tambi¨¦n defiende eldi¨¢logo con ETA: "Hasta en las guerras m¨¢s injustas y crueles", asegura, "se parlamenta para tratar de ahorrar sufrimientos".
A la hora de establecer un balance del Estatuto de Gernika, tras siete a?os de vigencia, Garaikoetxea se muestra muy cr¨ªti-co hacia el Gobierno que le sucedi¨® y el Ejecutivo de Madrid. "El 90% del desarrollo efectivo del Estatuto se consigui¨® durante los primeros 18 meses de mi primer mandato". El ex lendakari acusa a Felipe Gonz¨¢lez de olvidar que hab¨ªa prometido en Euskadi elcumplimiento de todo lo que tuviera cabida en el estatuto.
Garaikoetxea rechaza con especial energ¨ªa la fama de intransigente que le han adjudicado los socialistas, y se pregunta por qu¨¦ s¨®lo con ellos no ha conseguido alcanzar acuerdos.
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