Condena lev¨ªtica
Puede leerse en EL PA?S del 12 de noviembre pasado una carta del se?or Jos¨¦ Francisco Riaza, con algunas consideraciones teol¨®gicas acerca de la homosexuafldad. El se?or Riaza es muy libre de considerarla una plaga (o lacra), pero me parece que sus fundamentos en los textos sagrados son abusivos y pueden confundir a una opini¨®n p¨²blica ya demasiado vapuleada por los terrores del SIDA y las amenazas de los se?ores Wojtyla y Ratzinger.El ¨²nico texto b¨ªblico que condena la homosexualidad es el Lev¨ªtico. Contiene una serie de prohibiciones higi¨¦nicas y alimentarias que intentan distinguir a los hebreos de los cananeos y los egipcios, pues no olvidemos que el juda¨ªsmo es una religi¨®n nacional y de Estado. "No yacer¨¢s con var¨®n como se yace con mujer", dice el Lev¨ªtico. Como se ve, prohibici¨®n m¨¢s bien modesta y escueta, dificil de articular, pues estrictamente pocas cosas pueden hacer dos varones de las que puede hacer un var¨®n y una mujer, a partir de lo propio de ¨¦sta. Se advierte, adem¨¢s, que la condena no se refiere al lesbianismo.
Pero si fu¨¦ramos a cumplir el Lev¨ªtico al pie de la letra, como si fu¨¦ramos un pueblo de pastores del siglo 50 antes de Cristo, tendr¨ªamos que abstenernos de comer carne de conejo, de liebre, de
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rana, de puerco, de tortuga, grasa y sangre. Los animales citados son inmundos aun muertos, y su impureza se transmite por el contacto. Son impuros el leproso, la parturienta y la mujer con reglas, los esposos que copulan y el var¨®n que ha tenido poluciones nocturnas. Lo mismo el enfermo de gonorreas. Ya se imagina el lector lo que har¨ªa un celoso lev¨ªtico en una fiambrer¨ªa espa?ola, emprendi¨¦ndola contra jamones y morcillas. Hasta est¨¢ prohibido el tatuaje y el rapado lateral de la barba.
En cuanto a Sodoma, contra lo que piensa el se?or Riaza, sus ¨¢ngeles no tienen sexo definido. Que los codiciaran los sodomitas (y Lot, que intent¨® canjearlos por su hija para quedarse con ellos) no implica homosexualidad, a menos que tengamos en cuenta la pluma (se dice que los ¨¢ngeles tienen alas).
Del mismo modo, olvida Riaza los amores de David y Jonat¨¢n. David, rey, profeta, y tal vez antepasado de Cristo, cuya imagen es frecuentada por los retablos y fachadas de las iglesias cat¨®licas. ?Pertenece o no a la lacra el autor de los Salmos, bailar¨ªn para colmo, pues danz¨® ante el Arca?
?Cu¨¢ndo Cristo ha condenado ninguna pr¨¢ctica sexual, ni ha fijado c¨®digos sexuales concretos?
La Iglesia, instituci¨®n venerable a la que debemos tantas obras inexcusables de nuestra cultura, desde las Confesiones de Agust¨ªn hasta los retablos de Bernini, har¨ªa bien en ejercitar la cristiana virtud de la humildad y, de cuando en cuando echar una mirada al almanaque. , escritor.
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