La Asamblea nicarag¨¹ense aprueba la nueva Constituci¨®n
La Asamblea Nacional de Nicaragua aprob¨® la nueva Constituci¨®n, que deber¨¢ entrar en vigor el pr¨®ximo 10 de enero. El nuevo paso legislativo coincide con la entrada de tropas del Ej¨¦rcito, Popular Sandinista (EPS) en territorio de Honduras, y con el anuncio efectuado por Enrique Sotelo, abogado defensor del norteamericano Eugene Hasenfus, condenado a 30 a?os de c¨¢rcel por terrorismo, asociaci¨®n il¨ªcita y delitos contra la seguridad del Estado, de que no apelar¨¢ contra la sentencia y solicitar¨¢ clemencia.
La Constituci¨®n aprobada por la Asamblea, en la que el Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional (FSLN) cuenta con dos tercios de los esca?os, es una base legal sobre la que podr¨ªa asentarse la vida pol¨ªtica de Nicaragua en circunstancias normales. El texto constitucional consagra los principios de econom¨ªa mixta, pluralismo pol¨ªtico y no alineamiento que constitu¨ªan la esencia del proyecto original de la revoluci¨®n sand¨ªnista pero que han quedado deteriorados con la evoluci¨®n de un pa¨ªs acosado por una guerra de baja intensidad con una estrategia basada en el desgaste.La nueva Constituci¨®n prev¨¦ la desaparici¨®n de la censura previa y la libre expresi¨®n de las ideas, pero todo esto se quedar¨¢ en papel mojado. Si contin¨²a la guerra contra Nicaragua, nunca llegar¨¢ a entrar plenamente en vigor la nueva Constituci¨®n, porque buen n¨²mero de sus art¨ªculos quedar¨¢n autom¨¢ticamente sin efecto. El Gobierno sandinista prev¨¦ que simult¨¢neamente a la entrada en vigor de la Constituci¨®n se renueve la declaraci¨®n de estado de emergencia, ante la situaci¨®n de guerra que atraviesa el pa¨ªs.
Con esto la Constituci¨®n podr¨ªa convertirse en una especie de horizonte ut¨®pico que se ofrece la sociedad civil de Nicaragua y la opini¨®n p¨²blica internacional de lo que podr¨ªa ser la organizaci¨®n del Estado si cesa la agresi¨®n.
Entre los art¨ªculos aprobados en los ¨²ltimos d¨ªas, despu¨¦s de la celebraci¨®n del 25? aniversario de la fundaci¨®n del FSLN, lo m¨¢s llamativo es la negativa de los sandinistas a introducir el criterio -consagrado en muchas Constituciones de Am¨¦rica Latina- de prohibir la reelecci¨®n del presidente de la Rep¨²blica, que ped¨ªa la oposici¨®n.
La Constituci¨®n no dice nada sobre reelecci¨®n y se limita a no prohibirla. Esto significa un fortalecimiento de la posici¨®n del actual presidente, Daniel Ortega. En Managua se comentaba recientemente que algunos sectores del FSLN, concretamente los pr¨®ximos al comandante Tom¨¢s Borge, prefieren que no haya reelecci¨®n. La posibilidad de reelecci¨®n confirma que la posici¨®n del grupo de los Ortega es la m¨¢s fuerte dentro del sandinismo.
Dios, ausente
Tampoco ha triunfado la pretensi¨®n de la oposici¨®n de derecha al sandinismo de incluir la palabra Dios en el pre¨¢mbulo del texto constitucional, ni la propuesta de someter a un refer¨¦ndum la nueva Constituci¨®n.En las actuales circunstancias de Nicaragua, y ante la amenaza, de un recrudecimiento de la guerra en los pr¨®ximos meses, la idea de un refer¨¦ndum es poco viable.
Informes procedentes de Honduras dan cuenta de la incursi¨®n en suelo hondure?o de unos centenares de soldados nicarag¨¹enses en un intento de perseguir a los antisandinistas de la contra en sus bases. Las zonas fronterizas en Honduras y Nicaragua est¨¢n cerradas al acceso de la Prensa. S¨®lo es posible recibir la informaci¨®n oficial y de testigos que han abandonado las zonas de combate. En contra de afirmaciones lanzadas en Washington, que hablaban de miles de soldados del EPS, parece que s¨®lo se trata de unos centenares, que han actuado en una zona de unos 1.000 kil¨®metros cuadrados.
Relatos de testigos, campesinos hondure?os huidos, confirman que la actitud del Ej¨¦rcito de Honduras parece haber sido la de lavarse las manos y dejar que los nicas ajusten sus cuentas entre ellos, aunque sea en territorio hondure?o.
?sta ser¨ªa una postura similar a la del pasado marzo, cuando durante la Semana Santa el EPS realiz¨® una fuerte incursi¨®n en territorio de Honduras, que Estados Unidos calific¨® casi de "invasi¨®n".
El abogado nicarag¨¹ense de Hasenfus ha declarado, en contra de su l¨ªnea inicial de defensa, que renuncia a la apelaci¨®n contra la condena a 30 a?os de los Tribunales Populares Antisomocistas (TPA) y pedir¨¢ gracia para su defendido.
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