Amor y destrucci¨®n

Sid and Nanpy es la cr¨®nica de un amor exasperado, rom¨¢ntico, entre Sid Vicius y Nancy Spungen, el bajo de los Sex Pistols y una groupie, cr¨®nica que finaliza, seg¨²n prefiera el espectador, en las p¨¢ginas de sucesos de la prensa amarilla o en el inventario de signos apocal¨ªpticos ideado por fil¨®sofos y peluqueros.La pel¨ªcula oscila entre las dos posibilidades, entre la pintada que proclama la muerte del futuro y ese t¨®pico pie de foto de las revistas del coraz¨®n, que califica de grotesca la misma minifalda que, de llevarla una de las princesas monegascas, es bautizada como graciosa.

Alex Cox no quiere engolar la voz y prefiere reconstruir los hechos sin comentarlos expl¨ªcitamente. Lo hace con talento y cierta ingenuidad, quiz¨¢ demasiado convencido de la importancia de lo que narra.

La conversi¨®n del movimiento punk en ideolog¨ªa es algo excesivo, objetivo ¨²ltimo de la pel¨ªcula, que no acepta el car¨¢cter solitario de un romance nihilista y lo prefiere significativo. En definitiva, los m¨¦ritos de la pel¨ªcula son tambi¨¦n sus limitaciones porque si la modestia es un valor encomiable, con ella no se fabrican obras maestras.

Pel¨ªcula desesperanzada, con algunas pinceladas de humor, Sid and Nancy resume los 18 meses que van desde el inicio de la amistad entre los protagonistas hasta el asesinato de ella y la sobredosis que acab¨® con ¨¦l. Entre medio hay mucha m¨²sica, jeringuillas, ternura y provocaci¨®n.