S¨²plica de conciencia
Esta vez se lo suplico. Por favor, publique esta carta, publ¨ªquela. Es muy importante para m¨ª. Pronto se cumplir¨¢n dos a?os de mi renuncia oficial a la dependencia de la instituci¨®n militar. Dos a?os. Dos a?os albergando esperanzas, proyectos, ideas. Dos a?os sintiendo en mi carne el punzante aguij¨®n del enga?o y la decepci¨®n. Dos a?os perdidos. Para nada. En este tiempo, muy poco, por no decir nada, se ha avanzado en la aplicaci¨®n real de la ley de Objeci¨®n, publicada en el Bo¨ªet¨ªn Oficial del Estado el 28 de diciembre de 1984. Esto es un esc¨¢ndalo. Los responsables del tema en la Administraci¨®n se callan y no saben qu¨¦ decir. La escasa isensibilidad e inter¨¦s mostrados por el Gobierno y el Parlamento sobre la situaci¨®n a la que nos vernos expuestos los objetores de conciencia es una bofetada inadmisible al esp¨ªritu emanado de la Constituci¨®n, de la cual pronto celebraremos (?qui¨¦n va a querer celebrarlo?) su octavo aniversario.No hay justificaci¨®n posible a esta demora abominable. Muchos objetores nos encontramos ante un futuro incierto: ignorar cu¨¢ndo vamos a realizar el famoso servicio civil (o prestaci¨®n social sustitutoria, que para el caso es lo mismo), si es que lo vamos a realizar alg¨²n d¨ªa. Las empresas privadas no admiten a personas que no est¨¦n liberadas de servicios militares o civiles, la Administraci¨®n del Estado puede ponernos trabas a la hora de preparar oposiciones, etc¨¦tera. No deseo reclamar con esta carta beneficios personales, ser¨ªa demasiado ego¨ªsta por mi parte; lo ¨²nico que pretendo es aclarar una soluci¨®n justa y precisa para el porvenir de los objetores de conciencia. Las demoras y m¨¢s demoras que la Administraci¨®n ofrece en la aplicaci¨®n de la ley de Objeci¨®n est¨¢n creando un precedente muy peligroso a la hora de aceptar la credibilidad de una democracia que se sustrae con demasiada frecuencia al desarrollo de la justicia para todos.
La objeci¨®n de conciencia es demasiado importante como para que los poderes la traten como a la chica de los recados. La situaci¨®n internacional demanda un compromiso efectivo a favor de la paz. Cualquier minuto perdido puede ser semilla para que los sicarios del miedo avancen en sus nefastas posiciones.
El Gobierno ya nos ha enga?ado en muchas cosas. Es problema suyo. Lo que yo le ruego es que publique esta carta. Un pobre objetor, cansado ya de tantos escondites, se lo agradecer¨¢ infinitamente. De verdad.-
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