Ponce Enrile abandona su cargo como un "h¨¦roe de la democracia", mientras Aquino cambia a otros dos ministros

Juan Ponce Enrile abandon¨® ayer oficialmente el Ministerio de Defensa, despu¨¦s de 16 a?os en el cargo, como "un h¨¦roe de la democracia filipina", seg¨²n las palabras de despedida del nuevo jefe del departamento, general Rafael Meto. Al mismo tiempo, la presidenta, Coraz¨®n Aquino, anunci¨® la sustituci¨®n de dos nuevos ministros, de los que se supone que integraban la lista negra de miembros del Gobierno considerados incompetentes por los militares.

La ceremonia de relevo en el Ministerio de Defensa fue, mucho m¨¢s que un acto protocolario, un homenaje de militares y civiles a la persona que ha pasado ya a convertirse en el l¨ªder de la derecha y la principal alternativa a Coraz¨®n Aquino. En la v¨ªspera de este acto, se anunci¨® que Ponce Enrile ha aceptado el liderazgo del Partido Nacionalista, el m¨¢s antiguo del pa¨ªs, y con el que Marcos gan¨® sus primeras elecciones en 1965.En su despedida, Ponce Enrile recibi¨® el saludo militar y emocionado de la plana mayor de generales y altos oficiales que acudieron a la ceremonia, incluido el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, general Fidel Ramos, quien elogi¨® la actuaci¨®n de Ponce Enrile durante la revoluci¨®n de febrero y su papel de dirigente pol¨ªtico del pa¨ªs.

Durante todo el recorrido que hizo el ex ministro por la zona militar -de Campo Aguinaldo fue aplaudido por militares y funcionarios civiles que, en varias ocasiones, rompieron el cord¨®n de seguridad para acercarse a abrazar y besar al controvertido dirigente, acusado indirectamente por los actuales jefes del Ej¨¦rcito de haber participado en dos intentos de golpe de Estado en los ¨²ltimos 30 d¨ªas. En sus primeras declaraciones desde que fue destituido, el pasado domingo, tras anunciarse que hab¨ªa sido abortado una conjuragolpista, Ponce Enrile dijo que deja el cargo "sin rencor, rechazos o recriminaciones". "Mi sue?o", manifest¨®, "para nuestro pa¨ªs y para nuestro pueblo ha sido siempre de grandeza y gloria. Continuar¨¦ persiguiendo esos objetivos, incluso desde fuera del Gobierno".

El ex ministro calific¨® los sucesos ocurridos en Filipinas desde el derrocamiento de Marcos -a los que ¨¦l contribuy¨® de forma decisiva, amotin¨¢ndose con tropas que le eran fieles- como "una parte esencial" de la historia del pa¨ªs, pero advirti¨® que "todav¨ªa queda mucho por hacer". Dijo que espera que las Fuerzas Armadas "sigan siendo guardianes de los intereses del pueblo, especialmente de los intereses de los pobres, los oprimidos y, tal vez, del discurrir pac¨ªfico de la pol¨ªtica democr¨¢tica".

En un acto militar celebrado poco antes en Campo Crame, el acuartelamiento en el que Ponce Enrile se declar¨® en rebeld¨ªa en febrero pasado, la presidenta Aquino agradeci¨® la contribuci¨®n que el propio ex ministro y el general Ramos hab¨ªan hecho para que el pa¨ªs pudiera recuperar la democracia.

Relevos

Posteriormente, en una intervenci¨®n en la cadena de televisi¨®n p¨²blica, Aquino anunci¨® la sustituci¨®n de los ministros de Recursos Naturales, Ernesto Maceda, y de Obras P¨²blicas, Rogaciano Mercado, que se cree que estaban entre aquellos que los militares, mediante una declaraci¨®n p¨²blica del general Ramos, hab¨ªan pedido sustituir. Para esos cargos han sido nombrados, respectivamente, Carlos Dom¨ªnguez y Vicente Jaime. Aquino ha anunciado m¨¢s cambios para los pr¨®ximos d¨ªas, con lo que en realidad aplaza la soluci¨®n de los casos m¨¢s delicados, especialmente el del secretario ejecutivo Joker Arroyo, en el que se centran los odios militares.Un diario de Manila aseguraba ayer que los militares quieren la sustituci¨®n de Arroyo o, al menos, su oscurecimiento, con el reparto de sus actuales funciones entre otros plinisterios, y su desplazamiento flisico del puesto que ahora ocupa en un despacho contiguo al de la presidenta.

Fuentes period¨ªsticas afirman que Ramos no ha perdonado a Arroyo que el pasado mes de julio ¨¦ste retuviese en su mesa unos documentos que el general quer¨ªa hacer llegar a la presidenta.