Variedad y gusto
Los cinco m¨²sicos m¨¢s j¨®venes de este certamen, los venezolanos de Sentimiento Muerto, con 19 a?os de edad media, sorprendieron por su instinto de fusi¨®n m¨²sical y su comportamiento ingenuo y alegre en escena. Han crecido en la etapa posterior al punk, con influencias del rock siniestro de The Cure y otras bandas anglosajonas, y, sin dormirse en prejuicios, se han alimentado de cuantos ritmos suenan en su entorno, de voces de Rub¨¦n Blades o de Willie Colom, por ejemplo.En directo, felices y asombrados por tanto medio t¨¦cnico y sonoro a su alcance, mostraron el esp¨ªritu de los que empiezan, osado y temeroso a la vez. Fueron psicod¨¦licos y alocados, con declamaciones, representaciones de sus temas, siempre muy narrativos y expositivos, caso de El sistema. Su ¨¢nimo salsero, muy divertido, surgi¨® repentinamente con coros como la frase Hay que trabajar. Sentimiento Muerto denominan a su s¨ªntesis musical con el t¨¦rmino rico, un ejemplo de su empe?o digno y esperanzador: no parecerse a nadie, aunque ellos sigan a bandas como Kortatu, o La Polla R¨¦cord.
Sentimiento Muerto, de Venezuela; El ¨²ltimo de la Fila, y Charly Garc¨ªa, de Argentina
Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. Madrid, 29 de noviembre.
El rock flamenquero y disparado de El ?ltimo de la Fila volvi¨® a triunfar en Madrid. La banda sali¨® despu¨¦s de unas im¨¢genes de artistas espa?oles, y confirm¨® su estilo de ra¨ªces. Manolo Garc¨ªa se retorci¨® en ademanes toreros, acompa?ado de dos bailaoras que palmeaban y zapateaban en clave de rock and roll, y se destap¨® con una de nuestras voces m¨¢s poderosas. Y Quini Portet se desahog¨® mediante solos fren¨¦ticos de guitarra. Ambos logran recoger las actitudes m¨¢s actuales del sonido-suspense y las expulsan con mayor viveza en sus conciertos. En Aviones plateados exhibieron -solo de tacones incluido- una fuerza asombrosa, que deriv¨® en el j¨²bilo de los asistentes, identificados con el m¨¢s popular de sus bailes. Despu¨¦s, Soy un accidente y Querida Milagros -embellecido este ¨²ltimo con un solo de guitarra ac¨²stica de Marc Grau- alcanzaron el momento m¨¢s emotivo del recital del grupo catal¨¢n. Manolo, siempre sudoroso y sonriente, record¨® a Los R¨¢pidos y a Miguel R¨ªos: "De peque?o vi actuar a Miguel y me dije 'yo ser¨¦ como t¨²".
Aparecieron Charly Garc¨ªa y su banda de m¨²sicos prodigiosos al ritmo de Nos siguen pegando abajo, un tema propio que us¨® para identificarse. Termin¨® la canci¨®n y lanz¨® en vuelo peligroso su guitarra a un auxiliar. El argentino se quej¨® una y otra vez a la mesa de mezclas por la falta de volumen en su micr¨®fono, pero su concierto son¨® como ning¨²n otro en el Palacio de los Deportes. ?l, un m¨²sico m¨¢s cercano a las posibilidades de los teclados que de la guitarra, no olvida combinar los dos instrumentos. Promesas sobre el bid¨¦, una balada c¨¢lida de tiempo medio se sigui¨® de Ancate ese defecto, una composici¨®n espectacular que repasa varios estilos, como el rhythm and blues o la rumba. Garc¨ªa acude tambi¨¦n a los ritmos africanos, y los transforma en el¨¦ctricos, como los neoyorquinos Talking Heads. Se acompa?a de un saxofonista de fuertes agudos y de Pedro Aznar, un m¨²sico vers¨¢til que ya hab¨ªa actuado aqu¨ª como percusionista y bajista de Pat Metheny. Este instrumentista combin¨® bajo y teclados y lleg¨® a cantar a d¨²o junto a Charly el ¨¦xito Yo no quiero volverme loco, ante la entrega de los compatriotas que llenaron las primeras filas.
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