La extrema juventud radical
Muchos 'pasan', pero votan
Han reflexionado divirti¨¦ndose y ha sido preferible conversar con ellos de noche, en v¨ªsperas de elecciones. Su acogida es pasar el mai (cigarrillo de droga). No tienen nada de lac¨®nicos. Estas charlas se produjeron en un pueblo escasamente industrializado, de unos 5.000 habitantes, y en establecimientos y locales frecuentados por la extrema juventud.
Antes de dar paso al popurr¨ª de opiniones, axiomas y protestas que volcaron, puede decirse que la conclusi¨®n global de este an¨¢lisis de urgencia es que las gentes comprendidas entre los 18 a?os y la edad militar obligatoria, en poblaciones peque?as, se aglomeran o bien en torno a un anarquismo renovado o -bien en las filas compactas y disciplinadas de Jarrai (Seguir), organizaci¨®n juvenil fundamentada en la defensa de la alternativa KAS [defendida por ETA y que incluye la autodeterminaci¨®n].En menor medida, se acogen a Euskadiko Ezkerra y EGI (Juventudes del PNV). Las del PSOE y AP son pr¨¢cticamente inexistentes. Estos biorritmos sociol¨®gicos se alteran, naturalmente, en las ciudades y capitales con peso industrial.
El n¨²cleo duro de la juventud vasca constituye de por s¨ª una paradoja. Anarcos y abertzales conviven en las mismas cuadrillas y aunque, seg¨²n dijo un miembro de Jarrai, suelen discutir de pol¨ªtica, "la bronca no rompe la amistad". Los hay ac¨¦rrimos partidarios de la abstenci¨®n beligerante. Pero no faltan muchachos de ideolog¨ªa ¨¢crata que votar¨¢n a Herri Batasuna, como sus colegas de Jarrai, "por voto de castigo", "porque son los que m¨¢s ca?a le dan a la polic¨ªa", "porque como no van a las instituciones no le hacen el juego a la sociedad establecida", y otros argumentos similares.
'Rock' y antimilitarismo
En este sentido, el joven de Jarrai desmiente la afirmaci¨®n hecha por otro joven algo m¨¢s mayor, que ya traspasa la barrera de los 25 a?os y que se confiesa marxista-leninista, seg¨²n la cual si Herri Batasuna hubiese anunciado taxativamente que acudir¨ªa a los foros oficiales "arrasar¨ªa en las elecciones". "No", niega el joven abertzale. "Meti¨¦ndose en las instituciones no arrasar¨ªa. Perder¨ªa mucho voto militante. Perder¨ªa tambi¨¦n mucho voto de Jarrai y mucho de los j¨®venes anarquistas que no desean este sistema".Los interlocutores fueron un¨¢nimes en que, en Euskadi, m¨¢s que partidos pol¨ªticos hay formas de vida o m¨®dulos de sociedad en los que no se ven reflejados. "Nosotros somos el malo de la pel¨ªcula; se nos mira de trav¨¦s pensando siempre, si te ven de pelo al cero o con el pendiente, ¨¦ste seguro que se droga, o que es maric¨®n". "Adem¨¢s", a?aden, "no hay ning¨²n candidato en estas elecciones que no tenga los 30 tacos".
R¨ªos de tinta y de saliva han corrido en Euskadi a cuenta del llamado RRV o Rock Radical Vasco. Los libertarios saltan en cuanto les mencionamos el asunto. "Es un mamoneo". "El rock no tiene patria". Uno de ellos corre a la barra para pedir que pinchen un disco de Eskorbuto. Est¨¢n algo soliviantados porque La Polla Record, Kortatu, Potato y Tijuana se han definido como afines a Herri Batasuna: "Lo de Evaristo es la leche, es la muerte de un punk". "A Eskorbuto lo tienen marginado porque cuando les detuvieron en Madrid por aquellas cintas que dec¨ªan que eran delito, aqu¨ª nadie se movi¨®; entonces ellos sacaron un tema que era A la mierda el Pa¨ªs Vasco". No obstante, y aunque el concierto de rock peque de trasfondos pol¨ªticos, asisten; "porque nos gustan".
"De todos modos", a?aden, "en los conciertos de mitin ves t¨ªos con la barba y el fular, y cuando los mismos grupos tocan en un concierto normal all¨ª s¨®lo hay chupas negras y cocos con cresta". Uno de los anarcos lanza despectivo, como descalificaci¨®n de Kortatu, que "est¨¢ en Los 40 principales, fijate".
El militante de Jarrai no cree que la movida rockera Martxa eta Borroka (Marcha y Lucha) manipule el voto juvenil. Para ¨¦l, HB, al contrario que otros partidos, ha tomado conciencia de que esos h¨¢bitos culturales y musicales han penetrado en las generaciones venideras, y aunque no los disfruten los promueven. "Es verdad", admite un anarco: "Otros partidos no hacen ni eso".
De todos modos, es obvio que cuando se realiza un mitin es con el fin de pescar votos: esos votos, en otro territorio il¨®gicos, que la juventud vasca que pasa, desencantada por la oferta de opciones, concede con esta teor¨ªa: "Tienes que pasar o votar a Herri Batasuna, porque es el ¨²nico que, aunque no est¨¦s muy de acuerdo con lo suyo, y pases bastante de ¨¦l, se aproxima un poco a lo que piensas". "Nosotros somos, ya sabes, los porreros, la lacra del pueblo", define un abstencionista radical, por su parte, sarc¨¢stico. Estos antiparlamentaristas a ultranza se estrenaron con el refer¨¦ndum sobre la OTAN. "Ya hemos disfrutado, ya sabemos lo que es, pero yo no voy a ir m¨¢s".
Se produce otra contradicci¨®n al insinuar los anarcos que las ¨²nicas p¨²as que les engranan con HB, es decir, con sus coet¨¢neos de Jarrai, son el antimilitarismo y el enfrentamiento con las Fuerzas de Seguridad del Estado. Alguno de ellos confiesa haber intervenido activamente en agitaciones urbanas contra "los monos", simplemente porque eran la autoridad, sin importarles las pancartas.
Pero, curiosamente, por parte de Jarrai se nos dir¨ªa que ellos no son antimilitaristas; que, en su momento, si se realizasen sus utop¨ªas m¨¢s cercanas, propugnar¨ªan "un Ej¨¦rcito Popular Vasco". Motivo de discrepancia total son los ¨¢cratas, que cuando el unico colega presente que confiesa que va a votar a Euskadiko Ezkerra les reta a que hagan una planificaci¨®n de futuro realista, responden por voz de uno de ellos que se tratar¨ªa de organizarse por comunidades peque?as "sin poder". Mencionamos la palabra maldita, comuna, y se nos concreta: "Comunas, vale, pero no hippiosas, qu¨¦ asco".
La fobia por los representantes de la autoridad se extiende, por parte de los anarcos, a la Ertzantza (polic¨ªa auton¨®mica). "A m¨ª me da igual que me zurre un picolo verde que otro rojo". Insinuamos que, sin embargo, siempre preferir¨¢ ser detenido por un polic¨ªa auton¨®mico que por la Guardia Civil. "Yo lo que prefiero es que no me detengan", replica, con aplastante coherencia.
Campa?a iconoclasta
La opini¨®n sobre la campa?a es negativa e iconoclasta. "Han ido de superespabilados, con el rollo de las Cortes, nosotros arreglamos el mundo. Como putos cr¨ªos". "No hay ni un programa pol¨ªtico, es una pasada". "Hablan 10 minutos sobre una especie de programa superestructurado, una historia muy esquem¨¢tica, como para que no se entere el personal, y lo dem¨¢s se trata de calentar el mitin a base de meter la bronca contra el contrario, y saben que la gente se va a calentar. Y se calienta. Y sale la gente del mitin diciendo, joder c¨®mo habla el t¨ªo ¨¦ste"."Yo estoy en el mercado", opina una interlocutora, "y al tercer t¨ªo que me pasa ofreciendo propaganda y pegatinas le tiro un pescado a la cabeza". El votante de Euskadiko Ezkerra se refiere a la polisemia de los discursos. "T¨² le oyes hablar a Garaikoetxea y tiene raz¨®n; le oyes hablar a Arzalluz y tiene raz¨®n; le oyes hablar a Esnaola, pues tiene raz¨®n. Todos tienen raz¨®n. El truco pol¨ªtico es la oratoria". Otro entrevistado reivindica muy serio su territorio. "Cuando t¨² tienes que salir a la calle rodeado por seis gorilas es que t¨² no eres de la calle". Encuestas de mayor rigor que este di¨¢logo de discoteca traslucen que la juventud vasca es m¨¢s nacionalista que no nacionalista y m¨¢s de izquierdas que nacionalista. Lo que coincide con las opiniones recogidas aqu¨ª en la madrugada preelectoral. Al dar por concluida la reuni¨®n, el camarero se dirige al grupo: "Habl¨¢bais de las elecciones, ?no?. Bueno, yo soy anarquista, ?no? Pero voy a votar a HB".
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