El imperio del sonido
El inicio del concierto de Iron Maiden y Wasp estaba previsto para las nueve de la noche del martes. Ochenta minutos m¨¢s tarde, los t¨¦cnicos todav¨ªa estaban conectando los ¨²ltimos cables en la mesa de sonorizaci¨®n de Wasp, y finalmente, a las 22,50 se abri¨® el tel¨®n. Un retraso soportado por el p¨²blico que abarrotaba el recinto con infinita paciencia, y que estos grupos no se permiten en sus conciertos de Londres, Par¨ªs o Nueva York.En Espa?a todo es distinto, y aunque tambi¨¦n se pague en d¨®lares, vale todo. Los camiones que transportaban el equipo t¨¦cnico sufrieron un retraso en su viaje desde Barcelona, y las imprescindibles pruebas de sonido se realizaron con el p¨²blico dentro del recinto. Pero en el heavy metal estos problemas se solucionan por la v¨ªa r¨¢pida. Es el reinado del vatio, y un volumen de sonido atronador es capaz de tapar cualquier desajuste que en otro tipo de rock podr¨ªa influir negativamente en el resultado final del concierto.
Iron Maiden y Wasp
Iron Maiden: Bruce Dickinson (cantante), Dave Murray (guitarra), Adrian Smith (guitarra), Steve Harris (bajo) y Nicko McBrain (bater¨ªa). Wasp: Blackie Lawless (voz y guitarra), Chris Holmes (guitarra), Johnny Rod (bajo) y Steve Riley (bater¨ªa). Pabell¨®n de Deportes del Real Madrid.Madrid, 2 de diciembre.
El cuarteto californiano Wasp apareci¨® en el escenario con una descarga de energ¨ªa envidiable. Su actuaci¨®n se caracteriz¨® por las carreras constantes de los guitarristas a lo largo, ancho y alto del escenario, repartiendo entre el p¨²blico peque?os objetos que tanto pod¨ªan ser p¨²as de guitarra como cacahuetes. La escenograf¨ªa que ofrecieron en Madrid fue bastante elemental, y tras una actuaci¨®n de 45 minutos dieron paso a los anhelados Iron Maiden.
Nueva espera, con otra prueba de sonido incluida, y pasada la medianoche, a los gritos de "?Maiden, Maiden!", aparecieron los cinco componentes de la Virgen de Hierro, fianqueados por las cl¨¢sicas columnas de fuego. Los medios t¨¦cnicos y esc¨¦nicos que puede desplegar un grupo puntero de heavy metal son impresionantes, y Iron Maiden los utiliz¨® casi todos: luces sofisticad¨ªsimas, robots, trajes luminosos y toda la iconograf¨ªa t¨ªpica de esta m¨²sica.
Su actuaci¨®n en Madrid coincid¨ªa con la aparici¨®n de su ¨²ltimo disco, Somewhere in time, en el que se apunta una cierta variaci¨®n formal en sus canciones, con la inclusi¨®n de guitarras sintetizadas.
En directo, las cosas son bien distintas. Todo es mucho m¨¢s elemental, y las habilidades personales quedan sumergidas en un aplastante volumen sonoro. La escasa capacidad de reacci¨®n que puede sobrevivir es atrapada por la escenograria, convirtiendo el recinto en una especie de caverna musical del siglo XX en la que la relaci¨®n m¨²sico-espectador se realiza de modo muy primario.
En un concierto como el de Wasp y Iron Maiden no es f¨¢cil comentar algo de su aspecto musical. Uno de los muchos atractivos de las actuaciones en directo es acercarse a unos m¨²sicos que se expresan en un lenguaje en el que la mayor¨ªa de los mortales somos legos. El heavy metal no es as¨ª. Aplastados por la apisonadora del sonido es muy dificil distinguir las cualidades como instrumentistas y la estructura de unas canciones que son masivamente coreadas por un p¨²blico d¨®cil y obediente con sus ¨ªdolos. Un simple gesto desde el escenario basta para que todos al un¨ªsono canten, aplaudan o alcen los pu?os. Son los signos del vasallaje dentro del rentable imperio del sonido, en el que la pleites¨ªa es asumida con gusto y fervor.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.