El fragazo
Los programadores de la operaci¨®n de acoso y derribo de Fraga Iribarne parecen haber cubierto el ¨²ltimo objetivo propuesto: desanimar a Fraga hasta el punto de autocesarse. Don Manuel, como Carrillo en su d¨ªa, no ha dimitido: se ha autocesado. Muchos de los que asisten al espect¨¢culo de la crisis de la derecha piensan que ha de estar bien programada y que ahora los programadores se sacar¨¢n del sombrero una alternativa sesudamente estudiada. Puede ser, pero puede no ser. Hace pocos meses, importantes sectores del poder econ¨®mico auspiciaron la operaci¨®n Roca y pusieron en ella no s¨®lo pasi¨®n pol¨ªtica, sino tambi¨¦n mucho dinero y prestigio personal. Entonces era de suponer que preclaros dirigentes de la banca y el empresariado impulsaban a Roca desde un conocimiento real de la disposici¨®n electoral, y era l¨®gico pensar que antes de soltarse las melenas y los duros se hab¨ªan documentado sobre las posibilidades de la operaci¨®n. El resultado ya es sabido y merecer¨ªa figurar en el cap¨ªtulo de la gu¨ªa Guinness dedicado a los fracasos pol¨ªticos. Simplemente, hab¨ªan apostado al caballo Roca por visceralidad o por lo que antes se llamaba intuici¨®n femenina.Supongo que el acoso a Fraga habr¨¢ sido esta vez m¨¢s cient¨ªfico y que en las pr¨®ximas horas o d¨ªas aparecer¨¢ el tapado de la potencial gran derecha espa?ola, que desde la muerte de Franco, parad¨®jicamente, no ha dado una a derechas, salvo cuando ha aparecido disfrazada de centro. Puede haber sucedido que cansado Fraga de o¨ªr el traj¨ªn de los peones camineros que le estaban cavando la fosa debajo de su despacho se haya negado a darles cobertura estrat¨¦gica. Al fin y al cabo el masoquismo siempre ha sido m¨¢s virtud de izquierdas que de derechas y don Manuel se ha cansado de que le hicieran luz de gas. ?Con lo a pecho que se ha tomado este hombre tanto la vida como la historia! Bastaba verle por las calles del Pa¨ªs Vasco solicitando votos a pie, pidiendo prestada la calle que en otro tiempo fue tan suya. Como dijo Confucio, don Manuel, sic gloria transit mundi.
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