Con las cartas marcadas
EL ASUNTO Boesky, un esc¨¢ndalo que sacude actualmente la bolsa norteamericana, plantea una serie de cuestiones que van bastante m¨¢s lejos de lo que all¨ª sucede y que ata?en al funcionamiento de los mercados de valores en las sociedades posindustriales. Ivan Boesky, un agente de bolsa, ha sido acusado por la Comisi¨®n del Mercado de Valores de utilizar en su beneficio personal informaci¨®n confidencial sobre compa?¨ªas cotizadas en la bolsa: algo que en la jerga del mercado se denomina insider trading.
Las pruebas contra Boesky las obtuvo la comisi¨®n gracias a la colaboraci¨®n de otro agente acusado del mismo delito, al que se le propuso librarse de la c¨¢rcel a cambio de su colaboraci¨®n, procedimiento ¨¦ste frecuentemente empleado en Estados Unidos. Seg¨²n el testigo, Boesky consigui¨® informaci¨®n sobre ofertas p¨²blicas de compra de algunas compa?¨ªas en situaci¨®n dif¨ªcil, tras lo cual, antes de anunciarse las operaciones, adquiri¨® grandes cantidades de t¨ªtulos de dichas empresas en dificultades, t¨ªtulos que se vieron sustancialmente revalorizados de forma inmediata. Como consecuencia de todo ello, Boesky ha sido expulsado de la bolsa, obligado a devolver unos beneficios de 50 millones de d¨®lares (6.650 millones de pesetas) y multado con otros 50 millones. En total, pues, ha tenido que pagar unos 13.300 millones de pesetas.
Se trata del caso m¨¢s importante hasta el presente de utilizaci¨®n abusiva de informaci¨®n, pero no el ¨²nico. Hace unos d¨ªas, sin ir m¨¢s lejos, se produc¨ªa un caso semejante, aunque de menor envergadura, en Londres. La sucesi¨®n de estos fen¨®menos en las bolsas anglosajonas no debe interpretarse como prueba de la inmoralidad de las mismas, sino m¨¢s bien al contrario: si en otras bolsas no se han producido esc¨¢ndalos semejantes se debe a que la ley protege menos a los inversores y m¨¢s a los agentes, porque no contempla la figura de la utilizaci¨®n abusiva de informaci¨®n.
En Espa?a no existe ni tan siquiera un ¨®rgano independiente de los operadores que vigile la transparencia del mercado, de modo que incluso miembros de las juntas sindicales de las bolsas, que son las que te¨®ricamente deben velar por el buen funcionamiento del mercado, son al mismo tiempo part¨ªcipes activos en sociedades de intermediaci¨®n que operan en las bolsas de su jurisdicci¨®n. Cualquier modernizaci¨®n de las bolsas espa?olas ha de pasar por un cambio sustantivo de la forma de operar en ellas. Entre las muchas cosas que se han quedado en el tintero a ra¨ªz del fracaso socialista en la reforma de la Administraci¨®n est¨¢ una reconsideraci¨®n del papel de los agentes de bolsa, su sistema de selecci¨®n, sus obligaciones y sus corretajes en determinadas operaciones. La dinamizaci¨®n y ampliaci¨®n del mercado de capitales pasa porque ¨¦ste deje de ser un arcano para iniciados y gane transparencia y comprensibilidad. La separaci¨®n n¨ªtida entre los intermediarios de ese mercado y el mercado mismo no es f¨¢cil de conseguir, pero resulta una condici¨®n indispensable de esa transparencia. No sabemos cu¨¢ntos Boesky ha habido en Espa?a en los ¨²ltimos tiempos, pero lo que es evidente es que ninguno de ellos hubiera sido perseguido por la ley.
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