Contra la violencia
Hoy, 1 de diciembre, me he despachado mientras desayunaba con este peri¨®dico como tantas veces, y como tantas veces me han entrado ganas de empezar a cambiar el mundo, en una especie de sue?o imposible que casi siempre muere asfixiado por la impotencia de no saber por d¨®nde empezar. Sin embargo, hoy, la carta de unos ni?os de quinto curso de EGB me ha dado nuevas alas y a la vez me ha deprimido un poco m¨¢s. El hecho de que unos ni?os de 10 a?os den un toque de atenci¨®n a tan amplios sectores de la sociedad es algo que hace que me emocione sinceramente, pues pienso que puede ser el principio de algo grande.Yo quisiera dar respuesta a todas esas preguntas sobre el porqu¨¦ de la violencia que hac¨¦is a tanta gente de manera ingenua, pero seguro que sincera y seriamente, y quisiera hacerlo sin demagogia y de la forma pedag¨®gica m¨¢s correcta y justa; sin embargo, me resulta dificil, y s¨®lo se me ocurre decir que la violencia a la que os refer¨ªs en vuestro escrito es el producto directo y m¨¢s genuino de un sistema competitivo, no igualitario, injusto y desleal, y donde priman ante todo unas relaciones de poder que est¨¢n por encima de cualquier supuesto de igualdad real entre las personas. Dicho de otra forma, que el poder ha de engendrar violencia, sea de un tipo o de otro, para perpetuarse. Y el poder, disfrazado de lobo o de cordero, existir¨¢ mientras haya alguien que mande lo que se ha de hacer, decir, leer, comprar, esperar, so?ar, desear o querer. S¨ª, ya s¨¦ que vosotros os refer¨ªs a la violencia f¨ªsica como tal, al hecho consumado de hablar, practicar, trabajar o vivir de la violencia, pero todo va ligado y sigue siendo la consecuencia final del ejercicio del poder, y van indefectiblemente juntos mientras haya alguien que est¨¦ o crea estar por encima de su vecino e intente de alguna manera hac¨¦rselo saber.-
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