El conflicto ha superado el marco de la pol¨ªtica educativa

La crisis universitaria lleg¨® ayer a su punto de mayor gravedad, hasta superar sobradamente el marco de la pol¨ªtica educativa. El viernes, Jacques Chirac decidi¨®, en la reuni¨®n del Gabinete de crisis celebrada por la ma?ana, que no deb¨ªa ser ni el primer ministro ni el ministro de Universidades quienes tomaran la direcci¨®n de la crisis, sino el de Educaci¨®n Nacional, Ren¨¦ Monory.El debate en la Asamblea Nacional y el di¨¢logo con los estudiantes queda por primera vez en manos de Monory, que pertenece a la Uni¨®n para la Democracia Francesa (UDF), y no a la Asamblea para la Rep¨²blica (RPR), como Chirac, el propio autor del proyecto, Alain Devaquet, o el responsable de las fuerzas de orden p¨²blico que est¨¢n enfrent¨¢ndose estos d¨ªas con los j¨®venes, Charles Pasqua.

Este giro en la direcci¨®n de la pol¨ªtica universitaria responder¨ªa, seg¨²n algunos observadores, a una victoria moment¨¢nea de las tesis de la Uni¨®n para la Democracia Francesa, m¨¢s dialogante y abierta que el RPR, el partido del primer ministro, empe?ado en obligar a Devaquet a mantener en la ley los puntos de m¨¢s dificil aceptaci¨®n.

Todos los observadores coinciden en se?alar que esta soluci¨®n hubiera sido excelente hace una semana, cuando a¨²n no se hab¨ªa producido ning¨²n incidente violento.

En el momento en que una de las principales reivindicaciones estudiantiles concierne a la actuaci¨®n de la polic¨ªa, el llamado dossier universitario supera al propio ministro, de Educaci¨®n Nacional y se convierte en un problema de Gobierno.

Mientras se oyen ya voces en la izquierda que piden alg¨²n tipo de intervenci¨®n del presidente de la Rep¨²blica, Fran?ois Mitterrand, la eventualidad de una nueva manifestaci¨®n dirigida contra el Gobierno comienza a manejarse en los medios estudiantiles y pol¨ªticos.

Algunos sindicatos han convocado acciones simb¨®licas para la pr¨®xima semana, y un grupo de intelectuales de reconocido prestigio internacional est¨¢ recogiendo firmas para exigir al Gobierno que termine con su comportamiento, calificado de torpe y peligroso.