La ingrata entrada en la historia del juez Carlos Valle
El titular del Juzgado n¨²mero 14 orden¨® la redada contra presuntas abortistas en Madrid
De escuchar la terminolog¨ªa de las mujeres que han comparecido ante Carlos Valle por su presunta relaci¨®n con pr¨¢cticas abortivas, el titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 14 de Madrid es un joven chulo y guaperas que se pone bravo e ¨ªntimida con su aire autosuficiente. De escuchar a varias de las abogadas de las mujeres que han comparecido ante Carlos Valle, parece impresentable que un juez pueda desconocer lo que es el flujo, pregunte si una citolog¨ªa es un an¨¢lisis de sangre o viole el derecho de intimidad de las mujeres tom¨¢ndoles declaraci¨®n de cinco en cinco.
Pero cuando Carlos Valle recibe a EL PA?S, un d¨ªa para decir que no piensa hablar con EL PA?S, al siguiente para obligar a quien tiene enfrente a luchar con f¨®rceps contra su voluntaria y empecinada falta de elocuencia, se muestra amable, aunque inc¨®modo, dice que "no quiero ser una persona desagradable" y exhibe un perfecto conocimiento del juego de la sonrisa, ese don que en los ¨²ltimos d¨ªas parece haber reservado para las ocasiones en que reconoce a alguna compa?era de Derecho de la Aut¨®noma madrile?a entre las abogadas que acompa?an a las mujeres a declarar ante ¨¦l.Carlos Valle cruza los pasillos de los juzgados de la plaza de Castilla, dicen, con aire apuesto y arrogante, a pasos enormes y con la cabeza erguida, pero estas dos ¨²ltimas circunstancias puede que tengan menor significado o algo menos de premeditaci¨®n, si se tiene en cuenta que su estatura bordea el metro ochenta y cinco, lo que hace suponer que, en cualquier caso, tendr¨¢ que mirar desde arriba en un elevado porcentaje de ocasiones.
Es Carlos Valle un juez con un algo de aspecto de ni?o grande, y que, en frase de una abogada, viste de dulce desali?o, lo cual supone, en definitiva, que ni es cliente de Adolfo Dom¨ªnguez ni le hace los trajes el sastre de su padre. Hay quien arriesga m¨¢s y dice incluso, quiz¨¢ al borde de incurrir en desacato, que Carlos Valle es un moderno.
Las compa?eras de facultad le recuerdan -las que le recuerdan; hay quienes basan su afirmaci¨®n de que era una persona sin especial significaci¨®n en el hecho de que no les suena Carlos Valle ni escudri?ando la orla fin de carrera de 1977- m¨¢s modosito, m¨¢s de jersey y, sobre todo, m¨¢s delgado. Pero su se?or¨ªa acaba de casarse y nunca se sabe hasta qu¨¦ punto puede una mujer cambiar el look de un juez. Est¨¦ ah¨ª o no el secreto, lo cierto es que los modelos de Carlos Valle no pasan inadvertidos. Ese terno de rayas anchas en dos tonos de gris con camisa rosa rayada, esa gama de verdes con chaqueta espigada y corbata oscura.
Amor al estricto cumplimiento del tenor literal de la ley o consideraci¨®n de que un simple Consejo de Ministros no iba a tirar por la borda varias semanas de investigaci¨®n que pod¨ªan catapultarle a la fama a sus 31 a?os, el juez Carlos Valle inici¨® la redada de mujeres relacionadas con centros de planificaci¨®n en los que se llevaban a cabo interrupciones del embarazo 48 horas antes de que el Ejecutivo firmara el anunciado decreto liberalizador de la aplicaci¨®n de la ley del aborto y abriera camino a las cl¨ªnicas privadas.
?l no quiere relacionar una cosa con otra, cuenta que "las actuaciones llevaban ya tiempo iniciadas", que en las cl¨ªnicas "se intervino en las fechas id¨®neas para intervenir, porque s¨®lo se pod¨ªa en esas fechas" y no esclarece el misterio de su verbo cr¨ªptico ampar¨¢ndose en el secreto del sumario. "Hay quien ha buscado vinculaciones con lo del Consejo de Ministros, su per¨ª¨®dico ha dicho que he iniciado una cruzada contra el aborto, algunos lo han relacionado hasta con el 20-N, otros afirman que he actuado con ¨®rdenes del partido socialista. Yo me quedo muy tranquilo, porque aqu¨ª se ha actuado conforme a la ley".
Dice tambi¨¦n el juez que est¨¢ muy equivocado quien vea en ¨¦l af¨¢n de notoriedad -"nunca me ha gustado el protagonismo"-, que es un celos¨ªsimo guardi¨¢n de su vida privada y que le hubiera gustado poder hacer lo mismo con la profesional, "porque yo no soy un pol¨ªtico ni un cantante". No hay forma de sacarle una palabra sobre lo que hace en la vida civil. Imposible conocer de sus labios si es un fino mel¨®mano o si tararea a Perales en la ducha. Si acaso, llega a contradecir levemente lo que se ha dicho de que no es aficionado al f¨²tbol -"si hay un buen partido, lo veo, aunque me gustan casi m¨¢s los toros"-, y ya, tras estas amplias revelaciones, considera que "me est¨¢ usted sonsacando".
Este Virgo de nacimiento manchego (Puertollano, 31 de agosto de 1955), con fama de lento en el trabajo y de superimpuntual en sus citas -hora y media es lo m¨ªnimo que hac¨ªa esperar a las mujeres que llamaba a declarar, hasta que a media semana cambi¨® su actitud y empez¨® a llegar antes que ellas, a leerles sus derechos, a recibirlas de una en una; a partir del viernes se arrepinti¨® de su arrepentimiento y volvieron las mujeres a hacer pasillo-, se queja, dolorido, de que un editorial de este peri¨®dico haya dicho que est¨¢ llevando una cruzada contra el aborto.
"?Qui¨¦n sabe lo que pienso yo sobre el aborto?", se lamenta. "Aqu¨ª lo que se est¨¢ haciendo es un cumplimiento riguroso y exclusivo de la ley". Y, para reclamar, al maestro arrnero: "Aunque me pongan como me est¨¢n poniendo, no voy a ceder. ?Por qu¨¦ no van contra el Gobierno y le dicen que apruebe una ley que diga que el aborto es libre en todos los casos? Si yo archivara estas actuaciones, incurrir¨ªa en prevaricaci¨®n".
Era bastante buen estudiante Carlos Valle. Eligi¨® la especialidad de Derecho P¨²blico, la que cog¨ªan generalmente los alumnos que de mayores quer¨ªan ser jueces. Tiene un expediente sin m¨¢s de tres suspensos -Trabajo y Civil parece que se le atravesaron, por ejemplo- y con no pocos sobresalientes. Su posterior matr¨ªcula de honor en Derecho del Trabajo habla de su capacidad de superaci¨®n, de su victoria sobre las dificultades por amplia goleada. Pero puede que a veces le falle la elecci¨®n del objetivo.
Asuntos pendientes
Seg¨²n la memoria del Consejo General del Poder Judicial, el juzgado n¨²mero 14 ten¨ªa, a 30 de junio de este a?o, 2.657 asuntos pendientes, cifra s¨®lo superada por dos de los 33 juzgados de Madrid. Bien es verdad que Carlos Valle se incorpor¨® a ese juzgado en el mes de mayo -anteriormente era magistrado de lo Contencioso-Administrativo en Granada, tras pasar por su pueblo natal y por Piedrahita, en sus seis a?os de carrera judicial-, pero lo que algunos consideran sorprendente es que, de todos esos asuntos, el m¨¢s urgente haya sido ordenar la redada de mujeres. Porque ha habido casos de los que ni ¨¦l incluir¨ªa en las m¨¢s brillantes p¨¢ginas de su expediente.Por ejemplo, citar a una embarazada de nueve meses para preguntarle si hab¨ªa abortado en abril. Por ejemplo, hacer comparecer ante ¨¦l a una ni?a de 15 a?os, que acud¨ªa a un centro de planificaci¨®n porque ten¨ªa desarreglos menstruales. Por ejemplo, provocar que a alguna joven la hayan amenazado sus padres con echarla de casa, o dar pie a m¨¢s de un drama familiar al incautar las fichas cl¨ªnicas. Pero el juez Valle insiste en que "aqu¨ª lo que se hace es un cumplimiento riguroso y exclusivo de la ley".
El d¨ªa en que Carlos Valle decida atender alguno de sus 2.657 asuntos pendientes ya nada ser¨¢ lo mismo. Cada imprudencia de tr¨¢fico, cada diligencia de ¨ªndole diversa, no tendr¨¢ car¨¢cter an¨®nimo. Porque el titular del juzgado 14 de Madrid ha entrado en la historia. Pas¨® el umbral con el C¨®digo Penal en una mano, el texto de Enjuiciamiento Criminal en la otra y el marchamo de ser extraordinariamente diligente en aplicar la ley a las mujeres. As¨ª, los asuntos pendientes de su juzgado son ya s¨®lo 2.656.
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