La caja de Pandora

Acompa?a a Adi¨®s a Matiora, en su sala de estreno en Madrid, una tr¨¢gica reliquia del cine sovi¨¦tico: la reconstrucci¨®n, en forma de fumeto, de sucesi¨®n de fotogramas fijos de El prado de Bezhin, filme que Serguei Eisenstein realiz¨®, con tremendas dificultades censoriales, entre 1935 y 1937. El realismo socialista reinaba ya en la URSS, y este poema visual, por todos los s¨ªntomas sublime, de Eisenstein y su cameraman Tisse sobraba. El filme fue prohibido, enlatado, y su negativo ardi¨® en un incendio de la Mosfilm en la II Guerra Mundial.Junto a esta reliquia, el filme de Klimov, hasta hace poco amordazado, encuentra sus ra¨ªces. Algo se trunc¨®, bajo Stalin, en los a?os treinta, en el cine sovi¨¦tico, que desde la locomotora pas¨® al furg¨®n de cola. Ahora -y nombrar a Klimov presidente de la Asociaci¨®n de Cineastas de la URSS es un calambre- algo se mueve all¨ª. Se ha abierto una rendija en la caja de Pandora y ya recorren el mundo filmes sovi¨¦ticos conmocionadores. Si la caja sigue abri¨¦ndose, puede venir la sorpresa de que sea la URSS quien recupere la identidad perdida del gran cine europeo.