?Preparados, listos, ya!

El cambio de sello discogr¨¢fico del quinteto Danza Invisible no ha frenado, sino acelerado, sus pasos firmes hacia el ¨¦xito. Editaron su disco M¨²sica de contrabando, de producci¨®n y conjunto de temas ejemplares, y como consecuencia de su triunfo se han atrevido a grabar un ¨¢lbum doble de una ¨²nica actuaci¨®n bajo la direcci¨®n del ingeniero de sonido y productor Luis Fern¨¢ndez Soria. Los m¨²sicos actuaron conscientes de que todo se hab¨ªa dispuesto para la grabaci¨®n, incluso el p¨²blico.Esta formaci¨®n ha logrado paulatinamente consolidar el estilo funky-pop tomado de las mejores bandas anglosajonas y amoldarlo a su idiosincrasia, a su entorno, de una manera muy sutil, casi oculta. Se han desembarazado en parte del mimetismo art¨ªstico inicial, se han concentrado en sus canciones y en sus conciertos y han desarrollado un sonido nada ajeno con muchas posibilidades de convertirse en exclusivo.

Es preciso cierto esfuerzo para percibir lo andaluz en la m¨²sica cosmopolita de DanzaInvisible, el grupo sure?o de rock o de pop m¨¢s reconocido. No ha de ser casual su predilecci¨®n por el funky, por el juego alegre y contagioso de las guitarras brillantes, empujadas por una bater¨ªamotora de m¨²ltiples y fuertes sonidos y ritmos que var¨ªan en un mismo tema, siempre aptos para el baile. As¨ª, han simplificado y suavizado la estructura de las canciones con estribillos audaces, caso de Hay un lugar, una de sus nuevas creaciones destinadas al com¨²n tarareo, y se han decidido a componer m¨¢s baladas emocionales, pulidas y directas: Agua sin sue?o y Fin de verano.

Sin aliento, su ¨²ltimo acierto compositor seg¨²n los c¨¢nones descubiertos por el sonido motown, lanz¨® el concierto, que se transform¨® en fiesta especial de artistas y de adoradores entusiasmados. Despu¨¦s de una pausa m¨¢s prolongada de lo acostumbrado, los Danza regresaron al escenario para repetir Mercado negro y rematar una actuaci¨®n de aut¨¦ntico pop de lujo.

Cuidaron los principios y los finales de cada pieza, comunicaron con los espectadores en coros que se escuchaban claramente gracias al baj¨®n s¨²bito del volumen de la orquesta realizado desde la mesa de sonido. Ricardo Teixid¨®, bater¨ªa, y Antonio Gil, guitarra, aportaron la m¨¢s dura energ¨ªa en las fases potentes de las canciones y Ojeda mantuvo siempre el tipo con una voz talentosa y grande.