Acerca de los problemas del comercio exterior
La importaci¨®n no energ¨¦tica ha crecido de manera notable. Las causas y su posible incidencia eran analizadas recientemente en un comentario del Bolet¨ªn Semanal de ICE. Inclu¨ªan desde el crecimiento de la demanda interna hasta factores arancelarios y de ajustes fiscales en frontera pasando por otros como disminuci¨®n del proteccionismo comercial y del administrativo, concluyendo que el principal factor de ese aumento es la demanda interna, que est¨¢ creciendo incluso por encima del 5%.?Por qu¨¦ parte de esa fuerte demanda interna se desv¨ªa hacia el exterior? Basta analizar, para responder, la estructura de la importaci¨®n y de los pa¨ªses suministradores: crecimiento m¨¢s que proporcional de maquinaria y bienes de equipo, as¨ª como de semiproductos, especialmente de la CE, y dentro de la misma de pa¨ªses como la RFA e Italia, principalmente. Todo ello parece responder al hecho de que la formaci¨®n bruta de capital estar¨ªa creciendo por encima del 10%.
Hay adem¨¢s un crecimiento notable de importaciones de algunos bienes de consumo, tasas altas que se deben a que se part¨ªa de niveles absolutos y relativos muy bajos.
Conviene adem¨¢s tener en cuenta otros dos aspectos. Por una parte, la evoluci¨®n del tipo de cambio efectivo y real de la peseta supone mayor poder de competencia para el precio de la importaci¨®n, pero al mismo tiempo un factor de desinflaci¨®n y de competitividad de la exportaci¨®n (el peso de los inputs importados en la exportaci¨®n total es grande en la econom¨ªa espa?ola). Por otra parte, la casi totalidad de la importaci¨®n ha sido comercio leal (fair trade), lo que justifica nuestro comercio libre de importaci¨®n (free trade) y ha excluido, salvo casos concretos y conocidos, el empleo, directo o mediante autorizaci¨®n de Bruselas, de los instrumentos de defensa comercial admitidos en la pr¨¢ctica del comercio internacional.
Exportaci¨®n
En lo que va de a?o la exportaci¨®n no ha ido de manera satisfactoria. A efectos de an¨¢lisis podemos se?alar varias causas.
Unas de ¨ªndole externa: lento crecimiento del comercio mundial, crisis en zonas de relativa importancia para nuestra exportaci¨®n (Am¨¦rica Latina, pa¨ªses productores de petr¨®leo).
Otras de ¨ªndole interna: mayor crecimiento ya se?alado de la demanda interior, que hace que disminuyan los excedentes exportables de muchas empresas que exportan ocasionalmente apreciaci¨®n del tipo de cambio efectivo y real de la peseta y, por tanto, p¨¦rdida de la competitividad medida por esas variables descenso a la mitad de las ayudas directas a la exportaci¨®n (componente subvencionado del cr¨¦dito oficial a la exportaci¨®n, cr¨¦ditos blandos FAD, exenciones arancelarias por tr¨¢fico de perfeccionamiento activo, fondos del INFE, etc¨¦tera), al desaparecer el componente de subvenci¨®n impl¨ªcita existente hasta fin de 1985 en la desgravaci¨®n fiscal a la exportaci¨®n, al cambiar el sistema de ajuste fiscal en frontera.
La ca¨ªda nominal y real de la exportaci¨®n ha afectado a varios sectores, pero muy especialmente a dos, cuyas menores cifras respecto del a?o pasado basta r¨ªan para explicar el descenso total: productos sider¨²rgicos y productos petrol¨ªferos. Los primeros, sin duda -como se sab¨ªa-, los m¨¢s afectados por la desaparici¨®n de la desgravaci¨®n fiscal, han ca¨ªdo en cantidad. Los segundos, solamente en precio.
Campo de actuaci¨®n
Tradicionalmente, el mecanismo de recuperaci¨®n temporal de la competitividad y de trasvase de recursos al sector de bienes comerciales en la econom¨ªa espa?ola ha sido la devaluaci¨®n peri¨®dica de la peseta. Hoy, con una balanza por cuenta corriente con un super¨¢vit en t¨¦rminos del PIB de los m¨¢s altos del mundo y con un super¨¢vit igualmente importante en la balanza b¨¢sica y el correspondiente aumento en las reservas, la situaci¨®n es completamente diferente.
La opci¨®n, por tanto, es otra y se da en el frente interno. No se da la urgencia adem¨¢s, y ¨¦ste es otro hecho nuevo, por razones de balanza de pagos (el d¨¦ficit comercial total de este a?o va a ser parecido al de 1985 y no hay previsiones de cambios sustanciales para los pr¨®ximos a?os, salvo aumentos espectaculares, y poco probables, de los precios de los crudos), sino por razones de demanda global y, por tanto, de producci¨®n y de puestos de trabajo.
El esfuerzo debe ser en los costes de producci¨®n y de comercializaci¨®n, o m¨¢s exactamente, en el coste (precio) de poner un producto en el mercado, ya el interior o el exterior. Hay aqu¨ª factores de ¨ªndole muy diversa a se?alar.
Por un lado, factores ex¨®genos a nuestro pa¨ªs, que se resumen en la hasta el momento no confirmada recuperaci¨®n de la econom¨ªa y el comercio mundiales, que ser¨¢ posible aprovechar si la producci¨®n y comercializaci¨®n espa?olas son competitivas (series m¨¢s largas) a las empresas espa?olas que exporten.
Hay un segundo grupo de factores end¨®genos a nuestro pa¨ªs y ex¨®genos a las empresas productoras. Es un amplio grupo de pol¨ªticas horizontales y verticales que integran lo que se denomina la pol¨ªtica econ¨®mica de un pa¨ªs,en este caso el nuestro: ha buscado y busca ir fijando un marco que posibilite una econom¨ªa cada vez m¨¢s competitiva, y no hay duda que ha habido pasos importantes desde finales de 1982 mediante reducciones importantes en los desequilibrios b¨¢sicos de la econom¨ªa y una adecuaci¨®n paulatina de los costes de los inputs de las empresas con una mejora indudable y espectacular en el excedente de explotaci¨®n, tanto en el sector real de la econom¨ªa como en el financiero, a costa de sacrificios salariales.
Campos complementarios
Finalmente, y en estos momentos el m¨¢s importante y necesitado de atenci¨®n, un tercer grupo de variables end¨®genas a las propias empresas y que quiz¨¢ se pueden resumir en un concepto: gesti¨®n empresarial, organizaci¨®n de la empresa, no s¨®lo en sus aspectos de producci¨®n sino tambi¨¦n, y esto se olvida muchas veces, en lo referente a comercializaci¨®n y a exportaci¨®n. ?Cu¨¢ntas empresas espa?olas tienen un director comercial o director de exportaci¨®n? Es imprescindible acometer todas estas reformas que normalmente deben empezar por un cambio de mentalidad y de ¨®ptica. Se acab¨®, y para siempre, el mercado interior cerrado y protegido. Hoy hay un solo mercado: el mundial.
Toda la anterior actuaci¨®n p¨²blica y privada debe ir necesariamente complementada por otros instrumentos tanto en importaci¨®n como en exportaci¨®n.
En la primera, el aparato administrativo de seguimiento y vigilancia organizado antes del pasado 1 de marzo funciona adecuadamente y permite localizar y combatir, cuando las haya, importaciones anormales. Pero solamente las anormales, y no todas. Sorprenden ahora las exclamaciones de sorpresa y queja ante la creciente competencia de fuera, y especialmente de la CE, alabando al mismo tiempo el comercio libre y reprochando a la Administraci¨®n espa?ola escasa capacidad negociadora en la negociaci¨®n permanente que es la Comunidad. Sin duda que se est¨¢n mezclando conceptos diferentes y tratando de sembrar la confusi¨®n. En la CE unas veces se gana y otras se pierde, y, salvo una excepci¨®n bien conocida, el esquema ordenador de la Administraci¨®n es adecuado. La apertura comercial a la Comunidad (y a la EFTA y a los terceros pa¨ªses, lo que a veces se olvida) por supuesto que va a traer problemas a empresas espa?olas, concretamente a las menos competitivas. Es lo normal y lo esperado.
Por lo que se refiere a la exportaci¨®n, la actuaci¨®n complementar¨ªa se da en la constante adecuaci¨®n de los instrumentos de promoci¨®n y fomento. Son, y ¨¦ste es un elemento en el que insistir, un complemento: de poco sirven (ser¨ªan adem¨¢s recursos mal asignados) si no hay una base sana; esto es, una econom¨ªa y unas empresas competitivas.
Sobre esas medidas, varias precisiones. Una, la necesidad de mayores recursos para el sector exportador, lo que normalmente se ha hecho v¨ªa devaluaci¨®n, y hoy no cabe.
Segunda, no Cabe esperar milagros de las mismas. Son, hay que repetirlo, un complemento, eso s¨ª, imprescindible para exportar bas¨¢ndose no s¨®lo en el precio sino adem¨¢s en otros factores crecientemente importantes (calidad, servicio, promoci¨®n, dise?o, etc¨¦tera), si queremos exportar realmente y no que vengan los importadores a comprar a nuestro pa¨ªs.
Tercera, la urgencia de las mismas. En febrero pasado se entreg¨® un primer borrador de estas medidas (y las que salgan finalmente diferir¨¢n escasamente), y una propuesta de inmediata creaci¨®n del Consejo Asesor de Exportaci¨®n.
Finalmente, y como tantas veces hemos dicho, las medidas ayudan a la exportaci¨®n, tarea que corresponde principalmente a la empresa. Son un aporte, sin duda fundamental, a la continuaci¨®n de un esfuerzo conjunto, imprescindible y urgente, realizado por empresarios y Administraci¨®n.
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