El joyero desaparecido en Madrid fue asesinado, seg¨²n numerosos indicios de la investigaci¨®n

El representante de joyer¨ªa Mariano Loriente Chinchilla, cuya desaparici¨®n es investigada por la Brigada Anticorrupci¨®n de la Polic¨ªa, no deb¨ªa ning¨²n ingreso a la empresa para la que trabajaba y siempre llevaba al d¨ªa sus cuentas, hecho por el que la polic¨ªa cree que Loriente fue robado y asesinado posteriormente. Responsables del Ministerio del Interior relacionan esta desaparici¨®n con la red de corrupci¨®n policial.

El representante de joyer¨ªa Mariano Loriente desapareci¨® el 7 de diciembre de 1983, cuando transportaba en su veh¨ªculo muestrarios de joyas valorados en 130 millones, que hasta ahora no han sido hallados. Su veh¨ªculo apareci¨® posteriormente en la planta que usa la polic¨ªa para sus coches camuflados en el aparcamiento de la calle Mayor de Madrid.Actualmente, la Brigada Anticorrupci¨®n de la Polic¨ªa dispone de datos suficientes para asegurar que el representante de joyer¨ªa no huy¨®, sino que fue asesinado.

Mariano Loriente ingresaba inmediatamente en la empresa todo el dinero que recib¨ªa de sus ventas y nunca hab¨ªa tenido ning¨²n problema econ¨®mico con su jefe, Recaredo Gonz¨¢lez Pazos, due?o de la industria de joyer¨ªa.

Ingresos cuantiosos

Recaredo Gonz¨¢lez ha corroborado a este peri¨®dico que Mariano Loriente "era excesivamente celoso en los ingresos y siempre enviaba el dinero inmediatamente despu¨¦s de realizar alguna venta". Incluso, seg¨²n ha podido saber este peri¨®dico, Loriente hab¨ªa hecho varios ingresos cuantiosos pocos d¨ªas antes de haber desaparecido, lo que descarta por completo, seg¨²n fuentes policiales, que huyera.

Tambi¨¦n el d¨ªa de su desaparici¨®n hab¨ªa ingresado dinero en su cuenta corriente para los gastos habituales que ten¨ªa domiciliados, hecho que tambi¨¦n permite descartar a la Brigada Anticorrupci¨®n que tuviera intenci¨®n de huir o se hubiera fugado con alg¨²n dinero.

En la tarde del d¨ªa de su desaparici¨®n hab¨ªa quedado con el due?o de un chal¨¦ de La Moraleja para firmar la documentaci¨®n de la compra del inmueble, otro de los datos que refuerzan el hecho de que no huy¨®, sino que fue asesinado por motivos hasta ahora tampoco aclarados.

Todos estos datos est¨¢n en poder del juez de Instrucci¨®n n¨²mero 4, Luis Lerga, quien, seg¨²n fuentes pr¨®ximas al magistrado, est¨¢ convencido de que el representante de joyer¨ªa fue robado, asesinado y enterrado posteriormente. Algunas fuentes consideran que se trata de un segundo caso El Nani.

La Brigada Anticorrupci¨®n relaciona la desaparici¨®n de Loriente con la red de corrupci¨®n policial, y especialmente con una serie de hechos en los tuvo implicaci¨®n Jaime Mes¨ªa Figueroa. El 17 de marzo de 1978 fue secuestrado el due?o de la joyer¨ªa Recaredo Gonz¨¢lez, hasta que su familia pag¨® por su rescate 15 millones de pesetas. En mayo de ese a?o la polic¨ªa detuvo a Jaime Mes¨ªa por su presunta implicaci¨®n en este secuestro. Mes¨ªa est¨¢ act¨²almente procesado por el superatraco al Banco Espa?ol de Cr¨¦dito (Banesto), en enero de 1985, del que fueron robados 1.200 millones de pesetas.

Por este caso fueron llamados a declarar -aunque no han sido procesados- Victoriano Gut¨¦rrez Lobo y Adelardo Rafael Mart¨ªnez Garc¨ªa, dos polic¨ªas de la denominada supuesta red de corrupci¨®n policial. El primero de ellos se encuentra presuntamente implicado en la desaparici¨®n de Santiago Corella, el Nani.

Primer atraco

El 19 de mayo de 1981 Mariano Loriente fue atracado y le robaron joyas por valor de 100 millones de pesetas. El asalto fue realizado cuando sal¨ªa de su domicilio, en la calle de Idiaz¨¢bal. Algunas fuentes policiales consideran que se trata de una especie de persecuci¨®n contra la joyer¨ªa de Recaredo Gonz¨¢lez por motivos hasta ahora desconocidos.

Recientemente, la esposa de Loriente, Mar¨ªa Pilar Mart¨ªnez, declar¨® a una agencia que la desaparici¨®n de Loriente es producto de una mafia policial, y aseguraba que conoc¨ªa los nombres de los polic¨ªas que hab¨ªan asesinado a su marido. Mar¨ªa Pilar ha declarado a este peri¨®dico: "Lo ¨²nico que no s¨¦ es d¨®nde le enterraron".