Mayor aportaci¨®n al presupuesto comunitario

La aportaci¨®n presupuestaria espa?ola a la Comunidad Europea sufrir¨¢ en 1987 un sensible incremento. Espa?a contribuye a los gastos comunitarios con las exacciones reguladoras agr¨ªcolas (pr¨¦l¨¨vements), los derechos sobre el az¨²car, buena parte de los actuales aranceles y el 1,4% de la base imponible del IVA. Los ingresos por IVA constituyen la partida m¨¢s importante (289.000 millones de pesetas te¨®ricos en 1986), aunque la CE devuelve el 87% de ese total. Esa devoluci¨®n descender¨¢ en 1987 al 70% de lo calculado, hasta llegar a cero al final del per¨ªodo transitorio.La aportaci¨®n presupuestaria crece, si bien Espa?a recibir¨¢ sustancialmente m¨¢s por la intervenci¨®n agraria para garantizar los precios de los productos agr¨ªcolas. Aparte, Espa?a puede compensar su aportaci¨®n con los fondos estructurales. Como estas inversiones para el desarrollo regional, los programas sociales o la modernizaci¨®n agraria exigen una aportaci¨®n estatal, la v¨ªa para recuperar todo lo aportado y recibir m¨¢s dinero de la CE es incrementar las inversiones publicas.

Calidad y tecnolog¨ªa

La liberalizaci¨®n de nuestro comercio exterior implica, seg¨²n los expertos, un cambio estructural de mayor trascendencia para nuestra econom¨ªa. La mejora de la competitividad de las empresas debe ir acompa?ada de una mayor calidad y de una incorporaci¨®n de las tecnolog¨ªas de punta, aspectos estos sobre los que ha hecho especial hincapi¨¦ el Gobierno. Hasta ahora, en la divisi¨®n internacional del trabajo, Espa?a ocupaba un puesto en esa esfera intermedia de pa¨ªses semiindustrializados, como Corea, Brasil o Indonesia, que colocaban fuera sus productos en base a precios m¨¢s atractivos y a las subvenciones oficiales.

A partir de ahora, la pol¨ªtica comercial comunitaria obliga a competir progresivamente en igualdad de condiciones con los restantes pa¨ªses de la CE y a adaptarse, tanto en lo que respecta a exportaciones como a importaciones, a los baremos del Mercado Com¨²n. Sectores empresariales y de la propia Administraci¨®n insisten en el error tradicional de la pol¨ªtica espa?ola de defender el mercado interno confiando ¨²nicamente en un arancel alto. Otros pa¨ªses, como Italia y Francia, son maestros en utilizar las normas de calidad, con la exigencia de espec¨ªficas particularidades a determinados productos, como instrumentos proteccionistas. Ahora, este mecanismo, que intenta ser utilizado por el Gobierno, se enfrenta con la especial vigilancia de la CE para evitar pr¨¢cticas que eviten la libre competencia.

Las otras reformas para 1987 se refieren a las medidas anticontaminantes, que representan la obligaci¨®n de reducir en 0,15 gramos el plomo contenido en la gasolina s¨²per, y en la aproximaci¨®n de las pol¨ªticas pesqueras y de transportes. La ratificaci¨®n del Acta ?nica Europea, prevista para enero, implantar¨¢ la toma de decisiones por mayor¨ªa en el seno de la Comunidad para adoptar las reformas que permitan conseguir la unificaci¨®n del mercado comunitario en el a?o 1992. Ello impedir¨¢ al Gobierno ejercer el bloqueo sobre alguna de las decisiones que puedan lesionar los intereses espa?oles.