Las esposas de los rehenes franceses se relevan en Beirut
?liane Fontaine, esposa del diplom¨¢tico Marcel Fontaine, uno de los rehenes franceses en L¨ªbano, pas¨® la Nochevieja en un hotel de Beirut oeste. "Para estar m¨¢s cerca de mi marido", declar¨®. ?liane dijo que llegaba a Beirut "a tomar el relevo de Joelle Kauffman", esposa del periodista Jean Paul Kauffman, tambi¨¦n secuestrado, que estuvo en el sector musulm¨¢n de la capital libanesa en Nochebuena y Navidad.Marcel Fontaine fue secuestrado el 22 de marzo de 1985, junto con su colega Marcel Carton. Estas fiestas navide?as son, pues, las segundas que pasan en cautiverio.
Kauffman est¨¢ en las mismas circunstancias, ya que fue capturado en mayo de 1985.
Los tres est¨¢n en poder de Yihad Isl¨¢mica, la organizaci¨®n formada por shi¨ªes libaneses simpatizantes de la revoluci¨®n iran¨ª. Otro grupo, la Organizaci¨®n de la Justicia Revolucionaria (OJR), tiene a¨²n a un miembro del equipo de Antenne 2 capturado el pasado marzo.
Durante su estancia en Beirut oeste de hace una semana, la mujer de Kauffman pudo mantener una comunicaci¨®n indirecta con su esposo. El secuestrado escuch¨® las declaraciones que Jo?Ile efectu¨® a una periodista de Radio France Inter. Yihad remiti¨® despu¨¦s de Navidad cartas de los rehenes a la agencia France Presse. En la suya, el periodista dec¨ªa que las palabras de su esposa en Beirut le hab¨ªan dado mucho ¨¢nimo. "Mi marido me ha parecido muy desmoralizado en el mensaje que nos dirigi¨® en Navidad", declar¨® la se?ora Fontaine al llegar a Beirut. ?liane Fontaine, tenso el rostro, el aire muy fatigado, estaba acompa?ada de uno de sus hijos y afirm¨® que pensaba permanecer en la ciudad tres o cuatro d¨ªas. "Soy muy pesimista. Ya no puedo creer en Pap¨¢ Noel. He tenido muchas decepciones", a?adi¨®.
Hace un par de semanas, Mary Seurat, esposa del soci¨®logo franc¨¦s Michel Seurat, anunci¨® que ella no iba a viajar durante las fiestas a Beirut, una ciudad que s¨®lo le evoca "el horror y la inuerte". El pasado marzo, Yihad Isl¨¢mica anunci¨® la ejecuci¨®n de Seurat, pero su cuerpo no ha sido encontrado.
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