La consagraci¨®n de la musculatura
D¨ªas rebeldes es otra pel¨ªcula para adolescentes calcada de la muy taquillera Flashdance. La unica diferencia sustancial estriba en sustituir el triunfar en el mundo del baile por el hacerlo en el de la gimnasia. En ambos casos, el ¨¦xito atl¨¦tico pone fin al desorden sentimental y a una relativa marginaci¨®n social, entendida ¨¦sta como una simple pertenencia al bando de los que no son considerados triunfadores, algo que tanto vale para quienes no tienen un mill¨®n de d¨®lares en la cuenta corriente como para quienes cobran un m¨ªsero subsidio de paro.La pel¨ªcula parece destinada afan¨¢ticos del culturismo o esp¨ªritus curiosos a los que interese comparar la puesta en escena de una competici¨®n gimn¨¢stica para las c¨¢maras de cine con la que nos ofrece la televisi¨®n. El muchacho protagonista, Mitch Gaylord, compite con su padre en cuanto a b¨ªceps y mayor n¨²mero de camisetas sin mangas.
D¨ªas rebeldes
Director: Albert Magnol¨ª. Int¨¦rpretes: Mitch Gaylord y Janet Jones. Gui¨®n: Evan Archerd y Jeff Benjam¨ªn. M¨²sica: Alan Silvestri. Fotografia: Donald E. Thorin. Estadounidense, 1986. T¨ªtulo original: American anthem. Estreno en Madrid en cines Paz, Real Cinema y Riclimond.
La chica, Janet Jones, da tambi¨¦n buenos saltos y acaba ve riciendo, ¨¦xito de una rebeld¨ªa cuyo mayor gesto de en¨²entamiento consiste en preferir una m¨²sica distinta a la'se?alada por el entrenador para hacer los ejercicios en el suelo. En cualquier caso, puede que el desaflio tenga un cierto riesgo, ya que dicho entrenador es un individuo extra?amente parecido a Cristopher Lee, el m¨¢s popular de los Dr¨¢culas cinematogr¨¢ficos.
A se?alar dos detalles que,hermanados, se prestan a reflexi¨®n: el musculoso adolescente protagonista, cuando se entrena en solitario, en una improvisada barra fija situada entre dos ¨¢lamos, lo hace al ritmo de fanfarrias y tambores inequ¨ªvocamente militares, algo que remite a la preparaci¨®n ecol¨®gica de Rocky Balboa, que antes de partir para su combate contra el comunismo fortalece su cuerpo talando ¨¢rboles. El deporte adquiere as¨ª unas resonancias patri¨®ticas y se transforma en la continuaci¨®n de la guerra por otros medios.
El segundo detalle es el aire de rito laico que se insufla a las manifestaciones deportivas p¨²blicas. El concurso gimn¨¢stico en que consumimos los ¨²ltimos 45 minutos de proyecci¨®n est¨¢ iluminado por golpes de flash discotequeros, y los atletas son recibidos como sacerdotes de un rito en el que ellos pueden ser los sacr¨ªficados a poco que se descuiden. Lo que se celebra con mayor entusiasmo no es la perfecci¨®n del estilo, sino el riesgo, superado o no, pues id¨¦ntica ovaci¨®n merece una ruptura muscular que un triple salto mortal. A fin de cuentas, todo es uno y lo mismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.