Julio Bocca
Un argentino de 19 a?os, considerado uno de los mejores bailarines del mundo
El bailar¨ªn argentino Julio Bocca, de 19. a?os, debut¨® en Los ?ngeles con el American Ballet Theatre, que dirige Mikhail Baryshinikov, en el papel de protagonista de Cascanueces. Su actuaci¨®n deslumbr¨® a la cr¨ªtica argentina y norteamericana, que compar¨® esta versi¨®n con la que bailara el propio Baryshinikov en 1976. Bocca fue contratado por un a?o y se incorpor¨® a la compa?¨ªa hace s¨®lo tres meses. Ahora, Julio Bocca est¨¢ considerado uno de los mejores bailarines del mundo. Desde que, en junio de 1985, obtuviera la medalla de oro en el concurso internacional de ballet de Mosc¨², la competici¨®n m¨¢s importante del mundo, la carrera de Julio Bocca ha entra do en un ritmo de v¨¦rtigo, al que le cuesta adaptarse. Poco antes de partir para incorporarse du rante un a?o al American Ba llet, un asombrado Bocca reconoc¨ªa en Buenos Aires: "Esto es demasiado para mi timidez. Todav¨ªa no me hab¨ªa acostumbrado a hacer declaraciones a los peri¨®dicos argentinos cuando ya tengo que pensar en apren der ingl¨¦s y atender a la Prensa internacional". Y nadie que le conozca puede dudar de su na tural introversi¨®n. Habla y se expresa s¨®locon el cuerpo. En cuanto pisa la sala de ensayos o el escenario de alg¨²n teatro casi se puede o¨ªr c¨®mo le hierve la sangre. Para alcanzar la meda lla de oro en el Bolshoi de Mos c¨² debi¨® superar la selecci¨®n previa entre 121 bailarines de todo el mundo, y en la tercera ronda compiti¨® junto a 12 j¨®venes sovi¨¦ticos. El p¨²blico sovi¨¦tico le premi¨® con una ovaci¨®n inolvidable para ¨¦l, y el propio Vasiliev se acerc¨® a estrecharlo en un abrazo. Fue el primer ex tranjero que logr¨® esa medalla. Julio Bocca es un adolescente t¨ªpico del Buenos Aires ac tual.'Es rubio, no muy alto -mide 1,75 metros-, se divier te jugando al f¨²tbol, admira a Diego Maradona, sale con chi cas y escucha a los ¨ªdolos nacio nales del rock. A los cuatro a?os recibi¨® las primeras clases de su madre, que ten¨ªa un sal¨®n de en se?anza en los bajos de su casa -de ella tom¨® luego el apellido, tras el divorcio de sus padres-, y desde peque?o so?¨® con lo que hoy es un objetivo ya cum plido: ser el primer bailar¨ªn del c¨¦lebre teatro Col¨®n de Buenos
Aires. Y antes de poder disfrutarlo, ya deb¨ªa irse a vivir solo a Nueva York. M¨ªkhail Baryshinikov le cit¨® luego de verle en v¨ªdeo, y al cabo de dos pruebas le ofreci¨® contrato por un a?o como primer bailar¨ªn de su compa?¨ªa. El p¨²blico de Buenos Aires pudo despedirle en diversas funciones, algunas de las cuales a precios muy populares, pues se celebraron en recintos deportivos. M¨¢s de 30.000 per sonas colmaron las tribunas y le obligaron a salir m¨¢s de 20 ve ces a agradecer los aplausos. El ballet nunca alcanz¨® tal grado de popularidad en Argentina.Tras su deb¨² en Estados Unidos, el cr¨ªtico de Los Angeles Time, maravillado, escribi¨®:"Ha sido un trabajo rayano en lo insuperable". Esa noche visti¨® el traje que Mikhail Baryshinikov us¨® para bailar Cascanueces en 1976. Fue un regalo y un reconocimiento. Al salir del teatro, su representante cont¨® que a Julio s¨®lo le preocupaba el acoso de la Prensa. "Es que no s¨¦ qu¨¦ decir", se quejaba. "En todo el mundo es igual: cuando la funci¨®n termina para los dem¨¢s, empieza para m¨ª". Y le pregunt¨®: "?Por qu¨¦ todo es tan dificil abajo del escenario?".
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