El Metro de Par¨ªs y los sindicatos del gas y la electricidad se suman hoy a la huelga de los ferroviarios

La huelga de los ferroviarios franceses llega hoy a su vig¨¦simo d¨ªa en un clima de creciente endurecimiento. El primer ministro, Jacques Chirac, intervino ayer por primera vez en el conflicto, en unas declaraciones con motivo del A?o Nuevo. Hoy entrar¨¢n en huelga los trabajadores del Metro de Par¨ªs y de la compa?¨ªa de gas y electricidad, mientras la Confederaci¨®n General de Trabajadores (CGT) intenta llevar a la paralizaci¨®n de todo el sector p¨²blico y nacionalizado.

"No hay que contar con el Gobierno para dirigir una pol¨ªtica que, bajo apariencia de comprensi¨®n y apertura", dijo Chirac, "har¨ªa arder de nuevo los precios, reactivar¨ªa la inflaci¨®n y pondr¨ªa en cuesti¨®n la competitividad de nuestra producci¨®n, lo cual se traducir¨ªa en 500.000 o 600.000 parados m¨¢s para los pr¨®ximos meses". En directa alusi¨®n al presidente de la Rep¨²blica, Fran?ois Mitterrand, Chirac manifest¨® su esperanza en que "haya una clara conciencia de parte de cada cual, vengamos de donde vengamos en el plano pol¨ªtico, de nuestro apego a las exigencias de la unidad nacional y de la cohesi¨®n social".Pero sus referencias a la huelga se ci?eron estrictamente a la necesidad de contenci¨®n salarial, extremo que no discute una buena parte de los huelguistas.

Jacques Chirac reunir¨¢ a primera hora de hoy a su Gabinete en el palacio de Matignon residencia del primer ministro, para "pasar revista a la situaci¨®n econ¨®mica y social" por la que atraviesa el pa¨ªs, seg¨²n anunci¨® ayer el portavoz del Ejecutivo, Alain Juppe. Este tipo de reuniones, que no son propiamente de Consejo de Ministros, pues no est¨¢n presididas por Fran?ois Mitterrand se celebran cada vez que los temas requieren una libertad de discusi¨®n que no permitir¨ªa la presencia del presidente socialista.

El espantajo comunista

Seg¨²n el secretario general de la Confederaci¨®n Francesa Democr¨¢tica del Trabajo (CFDT), de tendencia socialista, el Gobierno est¨¢ utilizando el espantajo de la CGT y de los comunistas. Estos ¨²ltimos, junto con las bases de trabajadores no sindicados, son quienes mantienen posiciones m¨¢s duras.Para la Confederaci¨®n General de Trabajadores, la salida de la huelga debe ser una negociaci¨®n sindical de todo el sector p¨²blico y nacionalizado sobre el deterioro de su capacidad adquisitiva. Los sindicalistas m¨¢s moderados consideran que no es imposible un acuerdo sobre condiciones de trabajo y garant¨ªas sobre la escala salarial en funci¨®n de la antig¨¹edad, pero advierten la coincidencia entre la CGT y el Gobierno de centrar el conflicto en la cuesti¨®n salarial, donde el margen de maniobra es m¨ªnimo.

Mientras se multiplican los incidentes entre los huelguistas, que impiden la circulaci¨®n de los trenes, y la fuerza p¨²blica, solicitada por la direcci¨®n para desalojar v¨ªas e instalaciones, se ha desencadenado una guerra de comunicados entre los comit¨¦s de huelga y la empresa de ferrocarriles.

Los portavoces de la empresa aseguran que se est¨¢ produciendo una lenta pero constante reincorporaci¨®n al trabajo, que en algunos casos se ha decidido en asambleas generales y en otros de forma individual.

Seg¨²n cifras contrastadas, sobre 94 centros de trabajo (dep¨®sitos, en el lenguaje ferroviario franc¨¦s), s¨®lo 10 han votado la terminaci¨®n de la huelga. La realidad es que la circulaci¨®n de ferrocarriles tiende muy lentamente a la normalizaci¨®n, principalmente en el sector de grandes l¨ªneas.