Heinz Hebeisen

De las cuatro ediciones que ha tenido hasta ahora el certamen de fotograf¨ªa del Ministerio de Cultura sobre artes y tradiciones populares espa?olas, dos veces ha obtenido el primer premio el mismo fot¨®grafo. Lo curioso del caso es que este hombre es un extranjero, suizo concretamente, afincado aqu¨ª y tremendamente aficionado a las fiestas populares de este pa¨ªs, que fotograf¨ªa y luego muestra por media Europa. Se trata de Heinz Hebeisen, un profesional nacido en Wallisellen, un pueblecito junto a Z¨²rich, hace 35 a?os.

Heinz Hebeisen hizo sus estudios y aprendi¨® fotograf¨ªa en la mencionada localidad de Wallisellen, hasta que logr¨® iniciarse en la profesi¨®n como colaborador de la Prensa de su pa¨ªs. Por aquellos a?os Hebeisen sab¨ªa que Espa?a era un lugar al Sur donde hab¨ªa mucho sol, y al que visitaban peri¨®dicamente los turistas europeos. Muchos a?os despu¨¦s, en Madrid, cuando el representante del jurado del Ministerio de Cultura rasg¨® el sobre donde ven¨ªa el hombre del premiado y lo pronunci¨® en voz alta, Hebeisen peg¨® un bote en su silla.De las cuatro ediciones de premios de fotograf¨ªa establecidos por el Ministerio sobre arte y tradiciones populares espa?olas, ¨¦l ha ganado en dos. La primera fue hace dos a?os, con una serie titulada Artesanos del campo, sobre las art¨ªsticas y curiosas lindes y separaciones que hacen los campesinos gallegos en sus tierras; adem¨¢s, en aquella ocasi¨®n, gan¨® un acc¨¦sit sobre la fiesta del entierro de la sardina en Madrid.

Este a?o ha ganado el primer premio en color con la Batalla del vino, en Haro, Rioja, y, por cierto, cuando sacaba las fotos premiadas fue duchado y remojado en vino por los participantes.

"Creo que el ser extranjero puede representar, a veces, una ventaja", explica Heinz, "porque ves las cosas un poco desde fuera y te llaman m¨¢s la atenci¨®n las peque?as cosas. Con las lindes gallegas todo el mundo estaba acostumbrado a verlas all¨ª y no reparaban en ellas; a m¨ª, sin embargo, me llamaron much¨ªsimo la atenci¨®n y me impresionaron de entrada, nada m¨¢s verlas".

El hombre se considera solamente medio extranjero, y, desde luego tiene motivos. Hace 14 a?os, estudiando fotograf¨ªa en Londres, se empez¨® a enganchar con Espa?a, m¨¢s coneretamente, con una espa?ola. Dos a?os despu¨¦s se casaban en Suiza; pero a su mujer, Carmen, le tiraba volver a Madrid. As¨ª que un buen d¨ªa de hace siete a?os, y aunque en su pa¨ªs ya estaba muy bien considerado y trabajaba con las m¨¢s importantes publicaciones, tom¨® sus maletas y el matrimonio se vino para Espa?a. Tra¨ªa un par de corresponsal¨ªas para temas gr¨¢ficos y humanos, y el resto, ilusi¨®n.

Aqu¨ª puso en seguida manos a la obra: comenz¨® a estudiar espa?ol desesperadamente, se enamor¨® del pa¨ªs y se lanz¨® a recorrerlo fotografi¨¢ndolo. Ahora dispone de uno de los archivos individuales m¨¢s importantes de Espa?a, con m¨¢s de 40.000 diapositivas. "Los que me ten¨ªan que dar un premio son los del Ministerio de Turismo", dice riendo.

Con un hijo de seis a?os, que todav¨ªa no sabe alem¨¢n, rodeado siempre de amigos espa?oles y con su facilidad para el idioma, este hombre est¨¢ completamente integrado en nuestro pa¨ªs. Sus amigos est¨¢n ya acostumbrados a o¨ªrle hablar incluso en cheli o cantar canciones flamencas imitando el acento andaluz. Hebeisen dice que no tiene previsto abandonar Espa?a nunca. Mientras tanto se sigue especializando en temas. Uno de ellos es sobre el vino espa?ol, "por varios motivos", seg¨²n comenta. Pero en lo que es un experto es en fiestas populares espa?olas, de las que no se pierde ni una.