La ayuda no es desinteresada
La bandera de la CE sustituye en Africa a las viejas potencias coloniales
La Comisi¨®n Europea tiene un representante o al menos una antena en cada uno de los 66 pa¨ªses de ?frica, el Caribe y el Pac¨ªfico, partes de la Convenci¨®n de Lom¨¦. "Ning¨²n pa¨ªs tiene esta red de representaci¨®n", se?ala Michael McGeever, jefe de la delegaci¨®n de la Comisi¨®n en Abidjan. A trav¨¦s de la CE, los doce pueden entrar o preservar e incrementar su presencia en ?frica con una bandera que no es la de la antigua colonia, estiman diplom¨¢ticos europeos en Costa de Marfil.
En el plan de desarrollo del valle del Kan, en Costa de Marfil, patrocinado por la CE, se pueden ver tuber¨ªas francesas, peque?as presas construidas por los franceses, un motor de bomba italiano. Los ciclomotores que se utilizan en los proyectos de desarrollo en Centro¨¢frica son franceses. Es una forma de ayudar tambi¨¦n a la industria europea. "Este es uno de los objetivos escondidos de la ayuda europea", comenta un funcionario de la Comunidad." ?Un d¨®lar otorgado, nueve ganados! -una peque?a frase ciertamente demasiado lapidaria, pero que muestra bien esta ayuda al Tercer Mundo, que a nosotros nos gusta creer que es tan generosa...- Por cada d¨®lar que nosotros damos de ayuda al Sur, le vendemos mercanc¨ªas por valor de nueve d¨®lares, y esto sin que la ayuda est¨¦ siempre ligada a la obligaci¨®n de comprar productos comunitarios". La cita proviene de una publicaci¨®n oficial de la Comisi¨®n Europea, cuyo objetivo es divulgar sus diversos programas de ayudas. Claro que la Comisi¨®n estima que "all¨ª donde Europa obtiene nueve veces lo que ha invertido, Estados Unidos multiplica su inversi¨®n por 15, Jap¨®n por 21 y la Uni¨®n Sovi¨¦tica por 25".
Aportaci¨®n espa?ola
En principio, las obras o material para estos proyectos se realizan por concurso. Los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo pueden presentar ofertas un 25% por encima de las de los europeos, y ganarlas.Espa?a, seg¨²n pact¨® al ingresar en la CE, contribuir¨¢ con 70.000 millones de pesetas a la Convenci¨®n de Lom¨¦. Pero quiz¨¢s otros pa¨ªses, como Francia o Italia, se beneficien de este dinero espa?ol si las empresas espa?olas no llegan a tiempo a estos concursos. "Se lo llevar¨¢n otros", coment¨® un diplom¨¢tico espa?ol, que consider¨® que para que Espa?a saque ventaja de esta Convenci¨®n de Lom¨¦, lo que hay es que estar presentes en Bruselas. Para Espa?a, a?adi¨®, la Convenci¨®n de Lom¨¦ es "una oportunidad para entrar en ?frica". La falta de acceso espa?ol a estos proyectos ha provocado problemas en Bruselas. Claro que algunas fuentes comunitarias se?alan que la culpa es de las propias empresas espa?olas, que no se han mentalizado a¨²n para participar en este tipo de operaciones.
Pistas de tierra
La lucha contra la naturaleza
En Centro¨¢frica no hay trenes. S¨ª algunas carreteras, no m¨¢s de 120 kil¨®metros, siendo el resto pistas de tierra. El FED, dice uno de sus responsables, "quiere que participen los campesinos en su cuidado", pero a menudo no lo consigue, y las pistas se degradan.En Costa de Marfil hace tan s¨®lo unos a?os hab¨ªa m¨¢s de 15 millones de hect¨¢reas de bosques. Ahora quedan menos de cuatro millones. El que busca madera es un destructor. No porque corte ¨¢rboles, sino porque para recogerlos abre caminos por los que entra gente que luego acaba con el resto de los ¨¢rboles para lograr terrenos de cultivo. Cuando agota la riqueza de la tierra, la abandona y se va m¨¢s lejos.
En el norte de Centro¨¢frica, la CE est¨¢ estudiando la financiaci¨®n de un plan para preservar la flora y la fauna en una zona de 4,5 millones de hect¨¢reas en la que s¨®lo viven 50.000 habitantes. Pero la poblaci¨®n de animales se ve diezmada por cazadores furtivos a nivel industrial, muchos de los cuales son guerrilleros de Chad o de Sud¨¢n que cazan con armas de guerra. El proyecto pretende crear un tamp¨®n contra el avance del desierto mediante una banda de parques que atraviese el centro de ?frica.
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