El ej¨¦rcito salvadore?o, desmiente que haya derrocado al presidente Duarte
El general Onec¨ªfero Bland¨®n, m¨¢ximo jerarca de la c¨²pula castrense salvadore?a, desminti¨® anoche por radio y televisi¨®n la versi¨®n sobre un supuesto golpe de Estado que habr¨ªa provocado -seg¨²n informaciones de agencias de prensa cercanas a la guerrilla salvadore?a- la renuncia del presidente Napole¨®n Duarte y la subida al poder de un triunvirato de l¨ªderes civiles.
"Ante tales rumores, carentes de toda verdad, todos los jefes, oficiales y tropa de la fuerza armada manifestamos que nuestra actividad est¨¢ enmarcada dentro de la misi¨®n constitucional que se nos ha encomendado", dijo Bland¨®n en un mensaje que sorprendi¨® a los observadores pol¨ªticos locales.El rumor de la renuncia del democristiano Duarte a la presidencia de El Salvador, si bien es cierto que se tomaba dentro del marco de lo posible, dada la crisis pol¨ªtica que afronta, no tiene en estos momentos el menor atisbo de realidad.
La crisis pol¨ªtica tiene su origen en la huelga parlamentaria que iniciaron esta semana los diputados de la oposici¨®n derechista. Tanto el partido Arena (donde milita el conocido ex mayor de Inteligencia y vinculado a los escuadrones de la muerte Roberto d'Aubuisson) como otros minoritarios afirmaron que se abstendr¨¢n de participar en las actividades del Parlamento. Con esto, entre otras cosas, provocaron la imposibilidad de que la Asamblea decrete una medida clave en la guerra que el Ej¨¦rcito libra contra la guerrilla del FMLN: el estado de sitio.
Esta actitud de la oposici¨®n, que es apoyada por los principales gremios de empresarios y, en general, por las elites de poder econ¨®mico local, tiene su origen en una reforma tributaria recientemente aprobada por la mayor¨ªa parlamentaria de la Democracia Cristiana.
Seg¨²n tal reforma, los salvadore?os con activos que sobrepasen los 20.000 d¨®lares (unos dos millones y medio de pesetas) deber¨¢n pagar lo que, se denomina el impuesto de guerra. Este tributo se ha creado exclusivamente para financiar una parte de los millonarios gastos del Ej¨¦rcito.
La agresividad y vociferancia de las fuerzas de la derecha han adquirido en las ¨²ltimas semanas los caracteres de una verdadera insurrecci¨®n. Sin embargo, ning¨²n observador medianamente informado pensar¨ªa aqu¨ª la posibilidad inmediata de un golpe de Estado o en la renuncia de Duarte.Y esto no por la pretendida constitucionalidad de los militares salvadore?os o por la solidez pol¨ªtica del Gobierno del presidente Duarte, sino por una raz¨®n simple: la Embajada de EE UU en San Salvador -virtual ¨¢rbitro de las disputas entre derechistas, democristianos y militares- no est¨¢ dispuesta a sacrificar la carta que durante a?os han construido. Duarte y su legitimidad son aceptables para el Congreso norteamericano y con ellos se obtienen los 500 millones de d¨®lares que en promedio llegan anualmente a El Salvador (ayuda econ¨®mica y militar).
Duarte tambi¨¦n neg¨® los rumores de la renuncia y del golpe. "Sigo siendo presidente", reclam¨® ante las c¨¢maras.
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