B¨¦lgica asume la presidencia de la Comunidad Europea
La ocasi¨®n que se me ofrece de expresarme en la Prensa espa?ola me satisface muy particularmente. Nadie ignora los estrechos lazos que unen a B¨¦lgica y Espa?a, y el afecto que tienen los belgas por su majestad la reina Fabiola constituye una ilustraci¨®n duradera de ello.Mi pa¨ªs se esforz¨® particularmente por hacer progresar la candidatura de Espa?a a las Comunidades Europeas. Lo demostr¨® cuando, en 1982, mientras ejerc¨ªa la presidencia de las Comunidades Europeas, hizo posible el compromiso que permit¨ªa efectuar la primera apertura hacia una negociaci¨®n bloqueada desde hac¨ªa demasiado tiempo, y lo confirm¨® al ser el primer Estado miembro de la CE que ratific¨®. el trabado de adhesi¨®n de Espa?a, aprobado por unanimidad en el Parlamento belga.
El a?o pasado, Espa?a fue el pa¨ªs protagonista de la prestigiosa manifestaci¨®n cultural Europalia. El esfuerzo realizado para hacer admirar en B¨¦lgica todas las facetas de su admirable cultura fue altamente apreciado por mis compatriotas y tambi¨¦n por numerosos ciudadanos de pa¨ªses vecinos llegados para participar en determinadas actividades programadas por Europalia.
Para un pa¨ªs que, como B¨¦lgica, aborda su turno de presidencia del Consejo, la presencia de Espa?a en el seno de la CE es una baza importante.
El profundo compromiso europeo del pa¨ªs y de sus dirigentes constituye la garant¨ªa de que la presidencia belga podr¨¢ contar con la delegaci¨®n espa?ola en los momentos dificiles. Est¨¢ claro que Espa?a defiende sus intereses, lo mismo que cada Estado miembro, pero, como la mayor¨ªa de ellos, lo hace teniendo en cuenta el objetivo final de la integraci¨®n europea, que constituye una de las motivaciones fundamentales, de su adhesi¨®n a la CE.
La presidencia belga comprende y comparte las preocupaciones expresadas por muchos listados miembros de la Comunidad; entre ellos Espa?a. En relaci¨®n con la solidaridad que debe existir en el seno de los doce para que merezca su nombre de comunidad, y ma?ana de uni¨®n, la CE no puede contentarse con dejar jugar libremente las fuerzas del gran mercado ¨²nico sin que haya un esfuerzo paralelo de desarroll¨® de las regiones menos favorecidas. Este debate no deja de tener importancia porque refleja la visi¨®n que cada uno se hace de Europa; se trata de elegir entre una simple zona de librecambio y un espacio econ¨®mico organizado que puede desembocar en un conjunto pol¨ªtico coherente.
Am¨¦rica Latina
La presencia de Espa?a en el seno de la CE ha contribuido a desarrollar una conciencia m¨¢s grande de la Europa de los doce con respecto a Am¨¦rica Central y del Sur. Una de las primeras .actividades de la presidencia belga, en el plano cronol¨®gico, ser¨¢ la prepTraci¨®n y el desarrollo de la Conferencia San Jos¨¦ III, en Guatemala, los d¨ªas 11 y 12 de febrero de 1987.La reuni¨®n de Guatemala ser¨¢ el tercer encuentro -despu¨¦s de San Jos¨¦ y Luxemburgo- entre la Comunidad y una regi¨®n aterrorizada, agotada social y econ¨®micamente. Se dice siempre que la situaci¨®n pol¨ªtica de la zona es mala porqu¨¦ la situaci¨®n social es mala, y la situaci¨®n social, es mala porque es tambi¨¦n mala la situaci¨®n econ¨®mica. Europa no puede, pues, contentarse con bellas declaraciones pol¨ªticas, aunque sean importantes. Para las poblaciones de la regi¨®n es importante o¨ªr la vgz europea y saber que no se les olvida, pero no basta.
Personalmente he tratado este tema con el presidente de la Comisi¨®n Europea y con el comisario m¨¢s directamente encargado de estas cuestiones para pedirles que vigilen que la oferta comunitaria sea suficiente, que est¨¦ bien coordinada con las ayudas 'nacionales concedidas por los Estados miembros y que se corresponda con las necesidades reales de la regi¨®n. La Europa de los doce debe esforzarse por contribuir a la distensi¨®n en la zona animando a los pa¨ªses de Centroam¨¦rica a reagruparse para dialogar con ella de regi¨®n a regi¨®n.
La realidad me obliga, sin embargo, a reconocer que los medios de la Comunidad son limitados; sin embargo, si se suma a la misma la ayuda bilateral y la que los Estados miembros conceden a trav¨¦s de los organismos internacionales, se llega a cantidades totales que no son despreciables.
Los considerables progresos realizados por muchos pa¨ªses de Centroam¨¦rica hacia una mayor democracia, y m¨¢s respecto a los derechos del hombre, son evoluciones estimulantes que merecen el apoyo de los pa¨ªses de la CE.
Esto explica tambi¨¦n el resuelto apoyo ofrecido por los pa¨ªses de la CE al proyecto de crear un Parlamento centroamericano elegido directamente. Este Parlamento ser¨ªa el segundo Parlamento regional elegido directamente, despu¨¦s del Parlamento Europeo.
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